Las comunidades autónomas no emplean su capacidad normativa sólo para rebajar algunos impuestos, sino también para subirlos o para crear nuevas figuras o gravámenes con los que financiar ciertos gastos.

Asturias, por ejemplo, aplicará a partir de enero próximo un recargo de 2,4 céntimos (4 pesetas) por litro en las gasolinas y de dos céntimos en los gasóleos. Este gravamen, que aportará 18 millones de euros a la arcas asturianas, irá directamente a financiar el gasto sanitario. El PP asturiano ha criticado esta decisión que, curiosamente, la Xunta de Galicia, gobernada por el popular Manuel Fraga, también ha tomado.

La vecina Galicia ya decidió hace unos días aplicar un recargo similar de 2,40 céntimos por litro de gasolina y 1,20 céntimos por litro de gasóleo a partir de enero. Los agricultores y pescadores no tendrán que pagar este recargo. El destino de los fondos recaudados será también la sanidad pública.

Madrid fue la primera comunidad en la que se aplicó esta carga adicional sobre el impuesto de hidrocarburos en el 2003, tributo sobre el que las comunidades controlan el 40% gracias al nuevo sistema de financiación.