Los países europeos podrían caer en la tentación de aplicar medidas económicas "proteccionistas" y "endogámicas" para paliar los efectos de la crisis en sus mercados. Eso sería "un error grave" a juicio del comisario europeo de Economía, Joaquín Almunia, quien insistió ayer en que "no hay recesión y no está en nuestro escenario que la haya". El miembro del Ejecutivo comunitario envió un mensaje positivo a los empresarios reunidos en el Foro Nueva Economía. Según dijo, Europa tiene ahora cimientos más sólidos que en otras épocas para afrontar la crisis, aunque no negó que hay elementos negativos, como el precio del petróleo y las materias primas. Pero insistió en que "hay razones para la preocupación, pero no para la dramatización".

En opinión de Almunia, los países deben alejarse del riesgo de "dar giros bruscos a las estrategias" que se han fijado para toda la UE. "Esto nos llevaría a una espiral inflacionista, lo que a la larga provocaría más paro y duraría más el ajuste que se está produciendo".

La receta consiste en aplicar medidas a medio plazo y sobre todo en seguir liberalizando sectores. El otro problema, el del precio de los alimentos, se discutirá en la próxima reunión del Ecofin y en el Consejo Europeo de junio. El objetivo será modificar la política agraria común para impulsar el medio rural en vez de subvencionar producciones sin mercado. Para Almunia, a Europa le falta crecimiento y productividad, aunque ve "posible" que llegue a liderar la economía del mundo.

Por otra parte, el presidente de la patronal de las cajas (CECA), Juan Ramón Quintás, no es optimista. En su opinión, hay elementos "cualitativos" que indican que la economía española crecerá menos del 2%. Si sucede, la morosidad superará el 2%.

El euríbor se situó ayer, por segundo día consecutivo, por encima del 5% (5,028%) y se acercó a los niveles de noviembre del 2000 (5,193%).