Desviar la atención. El exvicepresidente del Gobierno del PP Francisco Alvarez-Cascos se desmarcó ayer del envío masivo de SMS sobre una suspensión de pagos de la constructora Sacyr y cargó contra la cúpula directiva de esta sociedad por haber diseñado "una cortina de humo" para ocultar sus problemas.

Alvarez-Cascos declaró en calidad de testigo después de que la policía haya constatado que los mensajes fueron remitidos desde dos teléfonos, uno propiedad de la empresa Aqualium Spain. El exvicepresidente explicó al juez que es uno de los socios mayoritarios de esta sociedad junto a su mujer, María Porto. También aclaró que este terminal es utilizado por las personas que trabajan en este grupo de empresas. A pesar de ello, afirmó "rotundamente" que "no es autor del mensaje", según consta en su declaración judicial.

EMPRESAS RELACIONADAS También informó al titular del juzgado número 1 de Madrid, Pedro López, de que no acostumbra a usar mensajes de voz en su telefóno móvil y que recurre al envío y recepción de SMS para comunicarse. Sin embargo, manifestó que no recordaba, "pese al contenido del mensaje", haberlo reenviado. Asimismo, puntualizó que "nunca ha encargado a nadie la difusión del mensaje ni de cualquier otro". Además, el vicepresidente explicó al magistrado que debido a su profesión de ingeniero de caminos tiene empresas relacionadas con la construcción y que colabora con otras en labores de asesoramiento. La declaración se prolongó durante 20 minutos. El abogado de la constructora le preguntó el cargo que ejercía en el PP cuando se remitió el mensaje, el pasado 20 de febrero. Alvarez-Cascos afirmó que antes y ahora "es militante". El exvicepresidente del Gobierno aprovechó la presencia de los medios de comunicación para criticar al Gobierno socialista y a los directivos de Sacyr. "La denuncia" --dijo-- "me parece una cortina de humo para distraer la atención de los problemas de Sacyr".

Insistió en las relaciones que el presidente de la constructora, Luis Rivero, mantiene con el Gobierno socialista. Asimismo, negó que el mensaje provocase la caída de las acciones de Sacyr y enseñó una página de Google para demostrar que la sociedad empezó a caer en bolsa en enero, siguió con esta tendencia en febrero, luego subió y desde mayo entró en pérdidas. Y concluyó: "La afirmación de que un SMS ha causado una caída de acciones es falsa".