La bolsa española sumó su quinta jornada consecutiva de números rojos. El amago de rebote se quedó solo en eso porque el índice fue incapaz de remontar en la recta final de la sesión. El Ibex bajó el 0,17% hasta los 10.258 puntos tras poner a prueba sus soportes en una sesión de poco volumen. Los positivos datos macroeconómicos tampoco dieron ánimo a Wall Street, con lo que los mercados europeos no encontraron motivos alcistas antes del cierre.

Los últimos estímulos económicos, particularmente el mayor crecimiento de lo previsto de la economía europea, no acaban de convencer a los inversores. Entre otras razones, porque aún no está claro cuál será el efecto de los recortes presupuestarios de las economías europeas. Hay indicios de que el crecimiento de la economía europea se está desacelerando en los últimos meses, consecuencia de la retirada de los estímulos fiscales por parte de los gobiernos y de la incapacidad del consumo privado para tomar el relevo, apuntan algunos expertos.

Los inversores conocerán hoy nuevos datos de confianza en Alemania. Al otro lado de Atlántico, destacan las cifras sobre el mercado inmobiliario. Está por ver cuál es el signo que aportarán al mercado los nuevos datos. Por lo que respecta a la contratación, en el Ibex 35, Sacyr volvió a destacarse entre las perdedoras. La semana pasada, sus títulos bajaron un 8% y ayer se dejaron el 0,89%, muy próximo a su mínimo histórico. Por detrás de la constructora se colocó el sector financiero. El BBVA bajó el 0,87%; el Banco Sabadell, el 0,88%; y el Santander, el 0,58%.

Otros grandes valores como Repsol o Telefónica también se decantaron por los números rojos y cedieron un 0,53% y un 0,46%, respectivamente. En el mercado continuo destacó la caída del 4,82% de Urbas, mientras que el principal ascenso correspondió a Nyesa, el 8%. En el mercado de deuda, la rentabilidad del bono español a largo plazo bajaba 6 centésimas, hasta el 4,16%.