Por ahora es solo un anuncio, un aviso para que los ciudadanos alemanes sepan que en breve tendrán que abrocharse un poco más el cinturón. Y es que aunque la cancillera alemana Angela Merkel no quiso especificar ayer a cuánto ascenderán las nuevas medidas de austeridad y a qué capítulos del gasto público afectarán, sí dejó claro que en las próximas semanas se anunciarán nuevos recortes. Según Merkel, Alemania "ha vivido durante décadas por encima de sus posibilidades" y ahora es momento de plantearse "dónde se puede ahorrar".

Ante las 6.000 personas que asistían a la celebración de unas jornadas ecuménicas en Múnich, Merkel justificó las medidas aludiendo al límite de endeudamiento fijado en la Constitución alemana, que --matizó-- obligará a recortar el gasto en unos 60.000 millones de euros entre 2011 y 2015, más de 10.000 millones de euros por año. Aunque dijo que "ningún sector será eximido", se mostró contraria a ahorrar en educación e investigación, ámbitos que tildó de "necesarios" para que el país no se quede dormido.

Sí habrá recortes en los programas de fomento para los parados. Además, la canciller aseguró que también se revisarán todas las subvenciones, aunque prometió que las medidas de ahorro no se harán a costa de la cohesión social.