El antiguo Inem, hoy transferido a los servicios públicos de empleo de las autonomías, solo hace de intermediario en el 2% de las colocaciones que se realizan en el mercado laboral. Las razones hay que buscarlas en las escasas ofertas de trabajo que pasan por estas oficinas y en las dificultades para casarlas con las personas que demandan una ocupación.

Salvo excepciones, la inmensa mayoría de las personas que se han quedado sin trabajo han encontrado interesante pasar por los Servicios Públicos de Empleo (SPE). En ocasiones porque es requisito indispensable para cobrar las prestaciones, porque obtienen formación y porque se lo suele exigir el siguiente empleador para beneficiarse de bonificaciones. La mayoría de las ofertas de trabajo no llegan a las oficinas ya que las empresas se quejan de que no encuentran el trabajador que buscan.

Esta es una de las razones que explican el fracaso de los SPE a la hora de encontrar empleo. La prueba es que, de los 14,3 millones de contrataciones que se realizaron en España entre enero y octubre de este año, estas oficinas apenas si participaron activamente en 292.641 casos.

En los ocho primeros meses del 2008, las empresas de trabajo temporal participaron en 1,9 millones de colocaciones, lo que supone el 13,7% del total. El resto se intermedió por otros canales. Entre ellos, destacan la prensa diaria y los portales especializados en empleo de internet, estos últimos en auge.

COSTES AÑADIDOS Buscar a un trabajador tiene, además del salario y de las cotizaciones sociales, el coste añadido de la selección de personal que requiere de ingentes recursos humanos. Los SPE cuentan con una grave desventaja. Poseen 715 oficias en España y unos 4.500 trabajadores, aunque la mayoría están dedicados a gestiones administrativas y a tramitar y pagar prestaciones.

En comparación, las seis empresas que componen la patronal de trabajo temporal AGETT esgrimen en su favor sus 868 oficinas, capilarizadas por el territorio y volcadas exclusivamente a la intermediación.

AGENCIAS PRIVADAS El Gobierno y los empresarios han intentado varias veces abrir la puerta en España a las agencias privadas de empleo. La más reciente fue cuando el presidente José Luis Rodríguez Zapatero incluyó en su plan de choque contra la crisis la autorización de las agencias de recolocación. También la secretaria general de Empleo, Maravillas Rojo, recuerda que debe cumplirse el artículo 13 de la OIT, ya que solo cuatro países en la UE rechazan la intermediación privada. Los sindicatos se oponen por el temor a que sean "prestamistas de empleo".