Todo lo que tenía que pasar con el lanzamiento de un nuevo producto de Apple ha ocurrido otra vez. Las expectativas y la anticipación, cientos de miles de páginas y comentarios en los más variados foros y en medios tradicionales y digitales, generalistas y especializados, fácilmente interpretables como otra conquista del maestro de la publicidad gratuita Steve Jobs. Las primeras cifras, los primeros efectos. Y el primer pirateo. El iPad está definitivamente aquí.

MuscleNerd es el alias de un pirata conocido ya tanto para la casa de Cupertino como para sus seguidores (o usuarios, o fans... en el universo de la manzana cabe de todo). En YouTube hay vídeos firmados por su grupo, Dev-Team, mostrando cómo romper los códigos de diversos modelos del iPhone y el iPod liberando el aparato de las restricciones que impone Apple. Y esta vez, con solo 24 horas investigando en los entresijos del iPad, que se puso a la venta el sábado en EEUU, MuscleNerd tenía ya el domingo el vídeo colgado en el que mostraba su último triunfo.

Lo que ha hecho (y ha grabado precisamente con la cámara de su iPhone) se denomina jailbreak o fuga carcelaria, el término que se usa para indicar que se han roto las barreras que impone Apple para usar solo software aprobado por la empresa y que se vende a través de sus tiendas on line. La repercusión de la noticia del pirateo restó ayer un poco de brillo al último éxito de Apple, que en un comunicado cifró en más de 300.000 las unidades de iPad vendidas en su primer día en las tiendas. La cantidad incluye los aparatos que los compradores habían encargado con anticipación y las ventas en tiendas, y era superior a los 270.000 iPhones que se vendieron en el primer fin de semana de su lanzamiento en el 2007.

El texto incluía una referencia al iPad como un producto "mágico", pero parte del truco se desvelaba en un párrafo: los primeros compradores se descargaron más de un millón de aplicaciones y más de 250.000 libros electrónicos. El nicho de negocio que se anticipaba se confirma.