La caída de Lehman Brothers, el caso Madoff, el bloqueo del fondo inmobiliario de Banif... La crisis se está llevando por delante los ahorros de muchos pequeños y medianos inversores. Y, lo que es más preocupante para bancos y cajas, está deteriorando la confianza de los clientes en las entidades financieras. Un descontento que están tratando de aprovechar los asesores financieros independientes.

Se trata de firmas que, al contrario que las bancarias, recomiendan productos financieros de otras entidades. Muchas ni siquiera tienen productos propios. "Es un error que el médico y el farmacéutico sean la misma persona, se produce un conflicto de intereses: a principios del siglo pasado, el medicamento más vendido en EEUU era la Coca-Cola", defiende Emilio Andreu, subdirector de la red de asesores de Inversis.

El problema es que los asesores de las entidades financieras se ven presionados para colocar los productos de la propia entidad. "Pero nadie es el mejor en todos los segmentos del mercado", dice Andreu. En los años de bonanza del mercado, no hubo problema. Pero la crisis ha pinchado también esta burbuja.

El Banco de España recibió 2.238 casos de reclamación, queja o consulta en el cuarto trimestre del 2008, un sustancial 53,5% más que en el mismo periodo del 2007 y el 23% más que en el trimestre anterior. El 52,8% de las quejas fueron contra bancos y un 34% contra cajas de ahorro.

Las cuestiones más reclamadas apuntan a que los clientes no fueron debidamente informados a la hora de contratar los productos. Ahí es dónde los asesores independientes buscan su hueco. Sin embargo, solo distribuyen el 6% de los productos financieros en España, frente a más del 80% en el Reino Unido. Eso sí, los independientes no merecen la pena a todos los bolsillos. "A partir de 300.000 a 600.000 euros, es cuando el cliente empieza a sentirse desatendido", apunta el directivo de Inversis.