Después de años de duermevela, las fusiones de cajas de ahorro vuelven a estar en la agenda de la mayoría de los gobiernos autonómicos. Los altos cargos de las comunidades siempre han aspirado a contar con entidades financieras fuertes que dinamicen sus economías y, en muchos casos, les sirvan de instrumento financiero para intervenir en el sector empresarial. Una aspiración a la que ahora se suman las consecuencias de las turbulencias financieras internacionales, que podrían poner en riesgo a las cajas de ahorro menos solventes.

"Si el enfriamiento del crédito continúa, es probable que el actual censo, formado por 46 cajas, 90 bancos y 80 cajas rurales, resulte demasiado grande y se produzcan concentraciones", augura Angel Berges, consejero delegado de Analistas Financieros Internacionales y autor de un estudio sobre la situación de las cajas encargado por la Fundación Alternativas, afín al PSOE.

En la presente década solo ha habido dos fusiones, y muy separadas en el tiempo. Una fue la que dio lugar a la gallega Caixanova, en el 2000. La otra se produjo el año pasado, cuando se unieron dos entidades sevillanas para dar lugar a Cajasol. "El debate vuelve ahora porque durante estos últimos años de fuerte crecimiento ha habido tarta para todos, pero ahora el negocio se contrae", apunta Berges.

MOVIMIENTOS DISCRETOS Andalucía es, precisamente, la comunidad donde se están produciendo más movimientos de cara a posibles fusiones. Su presidente, Manuel Chaves, reveló esta semana que algunas cajas ya han iniciado conversaciones y el presidente andaluz les "alentó" a llegar a acuerdos de concentración. El Gobierno de Andalucía aspira a un modelo a la catalana, donde exista una gran entidad como La Caixa y otras entidades más pequeñas. Los contactos preliminares apuntan movimientos en el eje de Málaga (Unicaja), en el de Granada (Caja Granada) y en el de Córdoba (Cajasur).

Este no es el único proyecto durmiente que revive después de más de una década en la que apenas nadie ha movido ficha. El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, ha anunciado que está trabajando para unir las dos entidades de su comunidad. En Castilla-La Mancha también se apuesta porque Caja de Guadalajara se incorpore a Caja Castilla-La Mancha como lo hicieron en su día la de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo.

En otras autonomías hay más problemas. Los presidentes de las cajas vascas han apostado por una unión que no ha fructificado por la situación política. También los presidentes de Galicia y Castilla y León han abogado por las fusiones, pero se han encontrado con la oposición de las entidades.

PREDICCIONES La mayoría de las miradas apuntan hacia las cajas pequeñas y medianas, por la menor diversificación de su negocio y su gran dependencia del sector inmobiliario e hipotecario. El presidente de la Fundación de Estudios Financieros, Xavier Adserà, describe así el sentir de los expertos: "No descarto que la actual situación pueda generar problemas en algunas pequeñas entidades y que todo acabe con su fusión". En la misma línea, el presidente de la confederación de cajas de ahorro (CECA), Juan Ramón Quintás, opina que "no es previsible una oleada de fusiones, pero quizá se dé alguna por intereses económicos". El 2009, según los expertos, puede ser el año de las fusiones.