La creciente dificultad para acceder al crédito es una dolorosa realidad para familias y empresas desde que estalló la crisis financiera hace un año. La menor demanda y los criterios más restrictivos de las entidades provoca que los préstamos hayan pasado de crecer más del 20% a rondar el 10% en apenas 12 meses. Una caída que se acelerará: la banca aún no ha traslado a los precios que cobra por prestar dinero el drástico encarecimiento que ha sufrido en su financiación.

Los banqueros llevan semanas advirtiendo de que el coste actual de los préstamos es insostenible. Lo cierto es que, entre enero y junio, el euríbor a un año --el tipo que refleja el interés medio que se cobran las entidades por prestarse dinero en el mercado interbancario-- ha subido el 19,89%, hasta el 5,393%. En cambio, el tipo medio de los nuevos préstamos hipotecarios a más de tres años para la adquisición de vivienda libre solo se ha encarecido el 3,26%, hasta el 5,794%.

Los bancos han aplicado un alza mayor a las nuevas hipotecas (4,7%, hasta el 5,777%) que las cajas (3,5%, hasta el 5,808%). El interés medio de los créditos al consumo también se ha encarecido: entre enero y mayo se elevó el 4,7%, hasta el 9,98%.

En la mayor parte de esta década, el fuerte incremento de la demanda de crédito no estuvo acompañado por un alza de su precio, debido a que la oferta fue abundante en un contexto de liquidez ilimitada, escasa valoración del riesgo y tipos de interés reales negativos (por el efecto de la inflación sobre un precio oficial del dinero que estuvo entre el 2002 y el 2006 en el 2%).

Ahora, el tipo real es también negativo (4,25% nominal con una inflación del 5,3%), pero la situación es muy distinta. La crisis ha drenado la liquidez del sistema y el riesgo se ha convertido en la prioridad, ante el incremento de la morosidad. "Va a haber que adecuar el precio al riesgo: el café para todos se ha acabado", decía Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid.

VALORACION DEL AHORRO La cara positiva de la situación para los hogares es que el ahorro, gran olvidado, vuelve a estar bien remunerado. Con los mercados de emisión de deuda privada cerrados a cal y canto, la banca se ha volcado en captar pasivo. Así, el tipo medio de los depósitos para hogares y empresas ha repuntado el 7,2% entre enero y mayo, hasta el 2,97%.

Esta mejora, sin embargo, tiene su reverso negativo en su impacto en los préstamos, ya que cada vez es mayor la parte de los nuevos créditos que se cubre con depósitos, debido a los problemas de la banca para captar dinero en el interbancario y con emisiones. En resumen, "a nosotros nos cuesta el dinero una barbaridad, y entendemos que el prestatario debe asumir una parte", apuntaba Roberto Higuera, vicepresidente del Popular.

Así las cosas, el riesgo de que la banca recorte el grifo de la financiación es mayor que nunca. "Los bancos no deben salir de la crisis restringiendo el crédito, porque si no se ahoga la economía. Los bancos deben salir reforzando su capital", les ha pedido Miguel Martín, presidente de la patronal bancaria (AEB).

El panorama, en todo caso, no es tan sombrío como parece. "Es como el precio de la gasolina para un camionero, que lo traslada a sus tarifas pero no del todo, porque si no se quedaría sin negocio", afirma un experto.