Un año después de ser intervenida por el Banco de España ante el riesgo inminente de que quebrase, la Caja Castilla-La Mancha (CCM) sigue compitiendo en el mercado financiero como una entidad más. Una situación que, lógicamente, tiene soliviantadas al resto de instituciones. Primero fueron críticas en privado, pero cada vez son más públicas.

"Que los bancos perdemos cuota de mercado es una vieja historia, por eso muchos han ido a buscarse la vida a otra parte. Lo que decimos es que en el mercado interior no debe haber entidades privilegiadas", decía hace unos días Miguel Martín, presidente de la patronal bancaria AEB. Se refería sobre todo a CCM, ayudada con dinero del Fondo de Garantías de Depósitos (FGD) de las cajas. "Sabemos que sigue captando depósitos, pero no sabemos si da créditos", remachó. Los bancos se quejan de que mientras a ellos se les exige financiar a familias y empresas, hay cajas que se han olvidado de los préstamos.

Gran parte del sistema financiero critica que la CCM ofrezca unos intereses muy por encima de la media para captar pasivo. Los más atractivos llegaron al 4,25%, y ahora están en el 3,26%, cuando el euríbor está en el 1,21% y el tipo medio de las nuevas hipotecas, en el 2,52%. Esta estrategia ha obligado a las instituciones más fuertes a aumentar la remuneración.

Todo ello provocado por una entidad que perdió 552 millones de euros el año pasado y que tuvo que destinar 890 millones a cubrir las pérdidas ocasionadas por los impagos y la pérdida de valor de sus activos.