El sistema bancario puede hacer frente a un 40% de impagos de los créditos con garantía real --las hipotecas--, una tasa que es tres veces superior a la que se produjo en la crisis inmobiliaria de 1993. El Informe de Estabilidad Financiera del Banco de España, publicado ayer, pone de manifiesto que, pese a las dificultades por las que atraviesa el sector financiero, el colchón de que dispone para amortiguar el posible quebranto es sustancial.

Reconoce la entidad que la ratio de morosidad se movió al alza a lo largo del año, hasta alcanzar el 4,9% para el conjunto del sector --en 1993 alcanzó el 8,5%--, que se ha concentrado en el sector privado residente. Su evolución al alza "persistirá mientras lo haga el deterioro de la actividad real y el aumento del desempleo", señala el informe del supervisor.

El Banco de España analiza la resistencia del sector financiero español a partir de cuatro parámetros: la exposición al crédito hipotecario, la probabilidad de impago, la recuperación mediante la ejecución de las garantías y la existencia de beneficios recurrentes que permitan sufragar las pérdidas de la mora.

Contabilizando un descenso del margen de explotación --beneficio antes de realizar provisiones-- del 10% en los resultados de tres años, "se podría hacer frente a una pérdida en la cartera de promoción inmobiliaria del 40%. La pérdida se descompone en la tasa de impago --la probabilidad-- y el quebranto neto --el impago real--. Así, el sistema podría hacer frente al 40% de la tasa de impago y al 100% del quebranto neto. "Muy superior el porcentaje a cualquier estimación sensata que se pueda hacer y a cualquier experiencia conocida", subraya el informe. Ese cálculo se realiza en base a la capacidad del sistema de generar recursos y no considera que existe un fondo de insolvencias constituido de 50.000 millones.

IMPACTO AMORTIGUADO Para el supervisor, la provisiones dinámicas de la banca española han permitido amortiguar el impacto de la morosidad. "Esto no significa retrasar el reconocimiento de la morosidad en los resultados, sino al contrario, ya que en el momento favorable del ciclo, los riesgos acumulados de los balances se reconocieron aminorando los beneficios al dotar un fondo de provisiones", que ahora pueden utilizar.