Hay consenso en que el sistema bancario español es el más eficiente de Europa. También en que es el más rentable, porque eficiencia equivale a solvencia y esta no es otra cosa que rentabilidad. Las cifras son elocuentes: el sector obtuvo en el primer trimestre un beneficio de 4.682 millones, incluyendo extraordinarios, el 36,4% más que en el mismo periodo del año anterior. Las comisiones contribuyeron con 1.999 millones (22,8%).

Está claro que el fenómeno favorece tanto a las empresas financieras como a sus accionistas, pero la pregunta es: y eso, ¿de qué le sirve a sus clientes? Según Miguel Martín, presidente de la Asociación Española de la Banca (AEB), les favorece porque sus créditos son los más baratos de Europa. Y todo ello, sin incluir el cobro de comisiones; pero incluyéndolas, también.

Los servicios de estudios de los bancos, que tienen perfectamente desmenuzadas las cifras sobre beneficios, costes y todos los ratios del sistema y de sus respectivas entidades son incapaces de precisar si hoy cuesta menos ser cliente de un banco que 10 años atrás. Aparentemente, los costes que pagan los usuarios españoles sí son menores que los que soportan la mayor parte de los europeos, pero la amplísima gama de productos bancarios que existen en el mercado y el diferente trato que recibe cada cliente impiden saber con certeza si los usuarios pagan más o menos que antes, según coinciden los servicios de estudios del BBVA y de La Caixa.

Gestión y volumen

Francisco González, presidente del BBVA, es de la misma opinión, y sostiene que la innovación y la mejora de la gestión gracias a la tecnología pueden ensanchar las bases del negocio para seguir reduciendo el precio de sus productos. La fórmula es gestión y volumen.

Sin embargo no todos los banqueros coinciden. Francisco Fernández Dopico, consejero delegado del Banco Popular, considera que la excelencia de la gestión no tiene tanto que ver con el tamaño, sino con la calidad del servicio y el grado de satisfacción del usuario. El 56% de sus clientes valoran más el servicio que el precio, mientras que los del resto de la banca valoran más el precio (55%) que el servicio. "Aspiramos a que el mercado nos juzgue por nuestra capacidad para prestar servicios de calidad y, por supuesto, a que nuestros precios se formen exclusivamente por el libre juego de la oferta y la demanda sin que demagogias, más o menos bien organizadas, intenten enturbiar una situación que ha venido funcionando con éxito en todas las economías avanzadas".

Las comisiones han venido a complementar los ingresos de la banca cuando los márgenes se han estrechado. Es una de las numerosas adaptaciones que ha tenido que hacer el sistema financiero y que, en parte, explican su buena salud. Otra de las razones de esa fortaleza se encuentra en el proceso de reestructuración permanente desde 1977, según ha explicado Miguel Martín en el seminario celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo ¿Por qué el sistema financiero español es el más eficiente de Europa? que ha organizado la APIE.

La crisis que se desarrolló entre 1977 y 1985 produjo una gran liquidación de entidades, hasta tal punto que el 30% de ellas desaparecieron. El proceso dio lugar a grandes concentraciones --tanto el BBVA como el Santander son producto de tres marcas-- que también han contribuido a mejorar el negocio, si bien en este punto tampoco hay coincidencia total. Fernández Dopico piensa que "al contrario de lo que sucede en otros sectores, las economías de escala en banca no se producen o se agotan a niveles de activos totales bajos. Más del 50% de las fusiones bancarias recientes han destruido valor para los accionistas".