El presidente del Banco Central de China, Zhou Xiaouchuan, se opuso ayer a la politización de los tipos de cambio del yuan, y aseguró que la prioridad es conservarlos estables en un contexto económico lleno de "incertidumbres". Zhou respondía así a las acusaciones, especialmente de EEUU, de que China manipula la tasa de cambio de la moneda nacional.

El gigante asiático recibe presiones para reevaluar su moneda que, de facto, está ligada al dólar desde agosto del 2008. EEUU considera que el yuan se mantiene artificialmente bajo para favorecer las exportaciones chinas, lo que perjudica sus productos.

El gobernador, que compareció por la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular, anunció que las medidas excepcionales para hacer frente a la crisis deberían abandonarse "tarde o temprano". No obstante, Zhou advirtió de que a pesar de los signos de recuperación, el impacto de la crisis aún es profundo. "Debemos prestar atención al momento elegido para salir de las políticas excepcionales. Eso incluye la política de tipos de cambio del yuan", añadió. El año pasado, Pekín anunció un plan de estímulo de 464 millones de euros.