China tiene desde ayer otro récord económico: la salida a bolsa del Banco Industrial y Comercial (ICBC, siglas inglesas) es la mayor oferta pública de venta de acciones (OPV) de la historia. El banco, el mayor del país, consiguió en la operación 15.000 millones de euros, algo más que el operador japonés de móviles NTT Docomo en 1998. La cifra alcanzará los 17.197 millones si ejerce el derecho de sobreasignación. El ICBC se convirtió ayer en el quinto banco del mundo, y en el tercero de los cuatro grandes chinos que salen a bolsa, tras el Banco de China, que lo hizo en junio, y el Banco de Comunicaciones, el pasado año.

Las acciones cotizaron simultáneamente en las bolsas de Hong Kong y Shanghái y debutaron en el parquet de la excolonia a 0,45 dólares, tras un alza del 14,7%. En Shanghái subieron el 5,13%, una cifra que, dadas las expectativas, parece tímida: la demanda en el tramo minorista había multiplicado por 78 la oferta en Hong Kong y por 49 en Shanghái.

SATISFACCION Jiang Jianqing, presidente del banco, dijo estar "muy, muy satisfecho" y seguro de que la diferencia de precios se reducirá. "Se demuestra que la comunidad internacional confía en la banca china y su desarrollo", afirmó. Su opinión es contraria a la de la mayoría de los analistas, que llevaban semanas alertando del riesgo.

Al final pesaron más los números: 18.000 sucursales (108 en el extranjero); 150 millones de clientes individuales (más que la población rusa); 2,5 millones de clientes corporativos; y el control del 16% de los tres billones de euros de activos bancarios del país. También el crecimiento chino anual del 10%, una población de 1.300 millones con los más altos índices de ahorro del mundo por la precaria cobertura social, una ley moderna de quiebra y un gran esfuerzo administrativo por atajar la morosidad han convencido a los inversores.

DUDAS Para los analistas, esos avances aún no acercan China a los estándares para competir con los agentes extranjeros cuando se abra el sector financiero en diciembre. "La reforma es crítica. Sin un sector financiero robusto, el éxito de su economía no será sostenible", asegura Vincent Cheng, presidente de Hong Kong Shanghái Banking (HSBC). "La banca ha mejorado poco en dirección y cultura emprendedora", añade Gao Shanwen, analista financiero de Shanghái.