La crisis de la deuda soberana puede acabar encareciendo el crédito. La advertencia la lanza el Banco de España en su último boletín económico, correspondiente a octubre, en el que avisa de que, si se mantiene la actual situación, "podría acabar traduciéndose en un ascenso del coste de la financiación bancaria".

Precisamente ayer, el diferencial del bono español a 10 años en comparación con el alemán se disparó hasta casi 200 puntos básicos (4,38%) como consecuencia de las dudas sobre la economía irlandesa y, por extensión, sobre el resto de países con déficits elevados, según apuntaron fuentes del Gobierno. Es un nivel parecido al registrado en los momentos álgidos de las convulsiones de la renta fija vividas en junio pasado.

El organismo presidido por Miguel Angel Fernández Ordóñez destaca que la prima de riesgo que han de pagar tanto los organismos públicos como los bancos y las cajas para financiarse se mantiene en niveles más elevados que en la fase anterior al inicio de la crisis de la deuda soberana, que comenzó en mayo pasado.

El informe del Banco de España destaca que este factor "introduce un elemento de presión en el coste de la captación del pasivo". De ahí la cruenta pugna de las entidades por captar depósitos con retribuciones atractivas. Y eso, añade, "podría acabar trasladándose a los tipos de interés del crédito".

De todas formas, el estudio del instituto emisor sostiene que la rentabilidad exigida para invertir en bonos españoles se ha atenuado desde los máximos de junio, gracias a los "efectos positivos" del plan de ajuste del Gobierno y las medidas estructurales adoptadas, así como los avances en la reestructuración del sistema financiero.

Pese a ello, el coste de los recursos que captan las entidades continúa siendo elevado. Fuentes del Ministerio de Economía admitieron que España "no es inmune" a los ataques que afectan a la deuda de Irlanda y de otros países europeos.

En todo caso, destacaron que el encarecimiento de los bonos españoles no es peor que el del resto. Solamente Alemania sale ganando, ya que puede financiarse al 2,41%, un coste el 45% inferior al español, porque la demanda se dirige hacia esos activos que se perciben como más solventes.

SUBIDA DEL IVA En su informe, el Banco de España también constata que la economía española se estancó en el tercer trimestre y registró "un debilitamiento de la actividad de carácter transitorio". La evolución del producto interior bruto (PIB) se vio afectada por el retroceso del consumo privado tras desaparecer diversos estímulos como el Plan 2000E para la compra de vehículos y la subida del IVA, el pasado 1 de julio.