Las dudas sobre España acechan también a la banca. Pero el Banco de España no prevé "en estos momentos" que alguna entidad vaya a acudir al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en el 2011. "Hoy no lo vemos, después de las recapitalizaciones, porque las entidades quedan razonablemente bien, pero si se necesitan, ahí están los fondos", subrayó ayer el gobernador, Miguel Angel Fernández Ordóñez.

La posición del organismo supervisor contrasta con la de Moody´s, que también ayer publicó un informe en el que afirma que el sector necesitará 17.000 millones de euros de capital para alcanzar los requisitos fijados en las pruebas de resistencia a la banca. La agencia de calificación afirma que el negocio de los bancos y cajas se verá afectado entre 12 y 18 meses por las condiciones económicas del país, el deterioro de activos y los planes de austeridad fiscal del Gobierno.

PERDIDAS MILLONARIAS Esta situación, asevera Moody´s, reducirá los resultados de la banca en un momento delicado, ya que el sector solo ha aflorado la mitad de los 176.000 millones en "pérdidas económicas" (dotaciones y reservas) que le va a suponer el deterioro de los activos desde el estallido de la crisis hasta su final. En consecuencia, concluye, la generación de beneficios no podrá cubrir las necesidades de capital de las entidades, que tendrán que acudir a un mercado muy reticente a invertir en España o directamente al FROB.

En un acto de la Asociación de Mercados Financieros, Fernández Ordóñez defendió que los analistas se equivocan al pensar que la banca española "debe colapsar", como lo hicieron las de EEUU, Reino Unido e Irlanda, los otros países donde se produjo una burbuja inmobiliaria. La "diferencia abismal" entre el sistema financiero español y los de estos países, dijo, es que el Banco de España no dejó a las entidades "hacer lo que quisieran", sino que les obligó a acumular provisiones contra la morosidad.

Fernández Ordóñez criticó que la "falta de coordinación" entre los dirigentes de la UE, haciendo públicas sus diferencias en los "peores momentos de la crisis", ha agravado los problemas de la deuda. Un reproche que hizo extensible a los gobernantes españoles, la oposición y los agentes económicos.