La banca española adoptará este año una norma internacional sobre el capital que destina a cubrir riesgos que, a diferencia de lo que ocurre en Europa, le permitirá liberar recursos, aunque penaliza operaciones de "alto riesgo", como las potencialmente morosas y la concesión de hipotecas por más del 95% del valor de tasación. La norma internacional, conocida como Basilea II y cuya circular de aplicación en los bancos y cajas de ahorros españolas acaba de aprobar el Banco de España, también establece mayores exigencias de capital para hacer frente a las potenciales incertidumbres en inversiones financieras en empresas o transacciones de capital riesgo.

"Es una segunda línea de defensa" para hacer frente a las pérdidas inesperadas, más allá de las tradicionales provisiones, explicaron hoy fuentes del Banco de España, que insistieron en que las entidades españolas están muy avanzadas ya en la gestión de sus riesgos, por lo que no creen que provoque grandes cambios en las inversiones o en las características del negocio. En lo que sí notarán cambios es en el capital que tienen que destinar a cubrir sus riesgos, dado que Basilea II es una revolución en el sistema de cálculo de las potenciales pérdidas derivadas del negocio de crédito, de la situación del mercado y del denominado riesgo operativo.

Actualmente los bancos tenían que atenerse a unas exigencias comunes, pero con la nueva normativa podrán personalizar el capital que necesitan, lo que provocará que el sistema financiero español libere recursos. El supervisor insiste en que esa liberación no será "intensa" y, en cualquier caso, será paulatina, dado que el propio acuerdo de Basilea II establece límites. La mayoría de las entidades quiere adoptar el modelo propio avanzado de riesgos, que en teoría permite una liberación de recursos, debe cumplir con los parámetros fijados por el Banco de España y exige que se tengan en cuenta las probabilidades de impago, la exposición del riesgo y la pérdida en caso de impago.

El Banco de España insiste en que los modelos internos nada tienen que ver con los modelos que han provocado las turbulencias financieras y que, por el contrario, Japón ha demostrado que la aplicación de Basilea II le ha permitido que las consecuencias fueran "menos intensas o más tolerables". De momento sólo un grupo de ocho entidades -Santander, BBVA, Banco Popular, Banco Sabadell, Bankinter, La Caixa, Caja Madrid y Caixa Catalunya- están desarrollando los modelos internos avanzados, que serán aprobados en breve por el organismo que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez.

Las que no estén en ese grupo avanzado tendrán que adoptar el modelo estándar, que no establece grandes diferencias con la normativa anterior, recuerda el Banco de España. El impacto de Basilea II se notará ya en las cuentas que las entidades publiquen en el tercer trimestre del año, dado que aplicarán las nuevas exigencias de capital a partir del 30 de junio. La circular aprobada por el organismo también obliga a las entidades a publicar anualmente un informe que explique su perfil de negocio, exposición al riesgo y formas de gestión del mismo, lo que facilitará que sean comparables, según el Banco de España.

El supervisor de la banca española insistió en que Basilea II introducirá "incentivos muy claros" a la mejora del riesgo de las entidades financieras españolas que, aunque ya están muy avanzadas en esta materia, serán aún más "estables a medio y largo plazo".