El Banco de España y el vicepresidente económico, Pedro Solbes, han sido los últimos en echar leña al fuego al debate sobre el abaratamiento del despido, causando intenso malestar en las organizaciones sindicales, para quienes esta cuestión es tabú.

En su Boletín Económico de septiembre, difundido ayer, el Banco de España cuestiona la eficacia de la reforma laboral que firmó el Gobierno con los agentes sociales en mayo del 2006 y sostiene que el objetivo de reducir la temporalidad requerirá "una reforma de mayor alcance" que acorte la diferencia en el coste del despido entre trabajadores indefinidos y temporales.

Es algo a lo que el vicepresidente Solbes viene dando vueltas en sus últimas apariciones públicas. Después de que el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, abogara el 24 de septiembre por abaratar el coste del despido y por incluir el tema en la agenda del diálogo social, Solbes expresó su punto de vista dos días después. Antes, lo había hecho el presidente Zapatero, afirmando que "abaratar el despido no ayudaría a recuperar la confianza" para superar la crisis. Pero Solbes expresó otro parecer.

El titular de Economía se ha mostrado dispuesto a estudiar "nuevas modalidades de contratación" que permitan acortar la diferencia del coste del despido entre trabajadores temporales y fijos. En siete días, al menos en dos ocasiones, Solbes ha recordado que en el diálogo social del 2006 el Gobierno puso sobre la mesa un modelo de contrato indefinido con diferentes niveles de indemnización según el momento de su extinción. Solbes transmite la sensación de que la propuesta podría ser retomada, aunque insiste en poner por encima el valor del diálogo y el consenso social. Pero las organizaciones sindicales no quieren ni oír hablar de ello.

´CASUS BELLI´ El secretario de acción sindical de UGT, Toni Ferrer, recordó ayer que en el documento de diálogo social firmado por Gobierno, empresarios y sindicatos en julio "las partes se comprometieron a no hacer reformas laborales, porque esta crisis no tiene un origen laboral". Según Ferrer, "no ha lugar negociar ningún tipo de abaratamiento del despido o cambio en las fórmulas de negociación", informa Francisco de Palacio.

El secretario general de CCOO, José Maria Fidalgo, declaró ayer a Onda Cero que la demanda no se ha propuesto de manera formal porque, además de provocar la oposición de los sindicatos, "aceleraría los despidos".

"Para nosotros", añadió el coordinador general de IU, Gaspar LLamazares, "será casus belli si se mete la mano en el empleo". Los trabajadores "no han provocado la crisis y no deben ser ellos los que la paguen".