Mientras varios países pleitean por limitar las remuneración de los ejecutivos financieros, los bancos americanos recuperados de la ayuda estatal han reanudado su generosa política salarial. En Goldman Sachs, las cuentas del segundo trimestre de este año ponen de manifiesto una subida de más del 47% en un año de las remuneraciones de los empleados (salarios y bonus ), mientras que la plantilla disminuyó el 16%. A su vez, en JP Morgan, uno de los primeros bancos estadounidenses por activos, las remuneraciones en forma de opciones sobre acciones han crecido el 21%. Ambos bancos fueron reflotados el otoño del 2008 y en junio pasado devolvieron las ayudas.

Siguiendo la lógica del mercado, el número de trabajadores del sector financiero que han sido despedidos con motivo de la crisis (más de 286.000 en solo un año, según el Ministerio de Trabajo americano) debiera haber reducido los costes.

OBAMA NO SE ENFRENTA Entre otros, Wells Fargo, que aún no ha reembolsado las ayudas recibidas, ha aumentado sus gastos salariales en el segundo trimestre a causa de "remuneraciones variables más elevadas en las actividades de préstamos hipotecarios, intermediación bursátil y banca de inversión", según la entidad. En una crónica publicada el lunes por el New York Times , el premio Nobel de economía Paul Krugman se lamentaba de que las nóminas en Wall Street "estén a punto de retornar al nivel anterior a la crisis" y reprochaba que el presidente Barack Obama no estaba "dispuesto" a "batirse con los banqueros". A un periodista que le preguntó la semana pasada por qué la Casa Blanca no apoya la propuesta de limitar los salarios en la banca, Obama planteó "por qué limitar las remuneraciones de los banqueros de Wall Street pero no las de los emprendedores de Silicon Valley o la de los jugadores de la liga de fútbol americano".

EEUU creará un ente supervisor nacional de bancos para evitar que el sector escape al control del Gobierno, según dijo ayer el secretario del Tesoro, Timothy Geithner.