A su derecha, Emilio Botín, presidente del Santander, el primer banco español. A su izquierda, César Alierta, presidente de Telefónica, la primera empresa española. Mariano Rajoy estuvo arropado en su puesta de largo ante el mundo económico por la flor y nata del dinero, que compartió mantel con la plana mayor del PP. Florentino Pérez (ACS), Miguel Blesa (Caja Madrid), Ramón Blanco (vicepresidente de Repsol), Luis del Rivero (Sacyr-Vallehermoso), Isidre Fainé (La Caixa), Iñigo Oriol (Iberdrola)... Rato, Gallardón, Arenas, Zaplana y Ana Botella estaban enfrente de Rajoy y de Botín, que no pararon de reír.

Banqueros y empresarios salieron satisfechos con el debut del presidenciable frente a la aristocracia financiera. Botín, por la profundidad y el humor gallego de Rajoy. A Alierta le había gustado mucho. Blesa, encantado con el mensaje de "estabilidad" y, sobre todo, "el empleo, que permitirá seguir dando hipotecas". Fainé, por lo "prudente" que es el candidato. Florentino, feliz con el premio al empresario de Nueva Economía Forum . Dos ausencias llamaron la atención: ni el presidente del BBVA, Francisco González, ni el de Endesa, Manuel Pizarro, almorzaron allí. González, por unas jornadas en Sevilla. A diferencia de Cortina, no envío a su número dos. Ambos son amigos personales de Rato.

El vicepresidente estuvo ausente del discurso de Rajoy, que explicó que seguirá con "el modelo económico de Aznar", no de Rato. Hasta ahora se hablaba del modelo Rato, según el mismo Aznar. A dos metros de Rajoy, estaba Rato.

Alberto Ruiz-Gallardón también se fue templado. El jefe reconoció al alcalde de Madrid su "sensibilidad" con la opinión de muchos ciudadanos al retirar el impuesto sobre casas vacías "sin ser presionado". Pero también se llevó un reproche menor: "Las cosas, cuando se hacen, hay que explicarlas".