El petróleo profundizó ayer en la curva descendente de los últimos días debido a las condiciones meteorológicas que han dado origen a un cálido invierno, particularmente en el noreste de EEUU, que es uno de los principales mercados de gasoil para calefacción. A esa circunstancia se une cierta preocupación por la desaceleración de la economía norteamericana, lo que haría prever una menor demanda de combustible este invierno.

Ayer, el barril de Brent --referencia europea-- llegó hasta los 54,8 dólares en el mercado de Londres, pese a que más tarde volvió a cotizar por encima de los 55 dólares. El West Texas --referencia de EEUU-- se mantuvo por encima de los 55 dólares, pero ha perdido casi un 10% del valor en dos días.

AUMENTO DE RESERVAS Además del buen tiempo, el incremento de las reservas en Estados Unidos ha tenido un efecto bajista sobre los precios. Los estocs de destilados aumentaron en dos millones de barriles la semana pasada, según informó la Administración norteamericana. Los de gasolina subieron en 5,6 millones de barriles, mucho más de lo esperado. A todo ello, se añade que los hedge funds (fondos de inversión libre) están adoptando posiciones vendedoras.

Sin embargo, los analistas consideran que es pronto para señalar el fin de la larga tendencia alcista iniciada en el 2002 y que condujo a los máximos de julio. "Los precios se recuperarán, aunque puede costar un tiempo, debido a la fuerte presión bajista actual", comentó Kevin Norrish, analista de Barclays Capital.