Tres años después de que las tres cajas vascas lanzaran su fracasado intento de unión, dos de estas entidades, la vizcaína BBK y la guipuzcoana Kutxa, iniciaron ayer el proceso de fusión que dará lugar a la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Euskadi/Euskadiko Aurrezki Kutxa eta Mahitetxea. La nueva caja será la sexta de España por activos (49.934 millones de euros) y, gracias a su elevada solvencia y eficiencia, la tercera en beneficios (523 millones en el 2007) y patrimonio neto (7.434 millones).

Se trata del primer movimiento en el sector desde que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, vaticinase que la crisis traerá consigo fusiones financieras. El proceso de las cajas vascas viene, sin embargo, de mucho antes de que arrancase la crisis. El anterior intento fracasó porque el PSE, que controla la alavesa Caja Vital, le retiró su apoyo tras anunciar el lendakari su consulta soberanista.

Ante la oposición de los socialistas y el PP, BBK y Kutxa han decidido una fusión a dos con el apoyo del PNV, pero se han preocupado de dejar la puerta abierta a la integración de la Vital "cuando sus órganos de gobierno consideren oportunos".

La nueva entidad tendrá dos sedes: la financiera se quedará en Bilbao y la de la obra social estará en San Sebastián. La presidencia la ocupará Xabier de Irala (BBK), mientras que la vicepresidencia será para Xabier Iturbe (Kutxa). El sistema elegido es la disolución de las dos cajas y la creación de una nueva, proceso que culminará en el 2009.

La nueva caja contará con una buena cartera de participaciones industriales, con Iberdrola (7,2%), CAF (17%), Banco Guipuzcoano (24,5%) y Euskaltel (56,1%) como estrellas. BBK y Kutxa se han comprometido a que el proceso no suponga "medidas traumáticas" para sus 5.284 empleados y 753 sucursales.

Pese a que la iniciativa parte de antes de la crisis, las cajas afirman que la reactivación del proceso de fusiones en España "es cuestión de tiempo", y reconocen que la operación busca compensar el "estrechamiento" de los márgenes del negocio en un momento de "dificultades" para acceder al mercado de capitales, alza de la morosidad y los requisitos de capital.