El Banco Central Europeo (BCE) decepcionó ayer las expectativas de los expertos y acordó un recorte de 0,25 puntos del precio del dinero en la zona euro, hasta el 1,25%. La mayoría esperaban una bajada de 0,50 puntos. Eso habría dejado el precio oficial del dinero algo más cerca del establecido en el Reino Unido (0,50%) o en EEUU (entre el 0% y el 0,25%).

Pero el BCE ha decidido esperar. Su presidente, Jean-Claude Trichet, dejó clara la disposición de la institución para abordar un nuevo recorte, probablemente de otros 0,25 puntos, en la próxima cita del banco en mayo.

La cicatera decisión que adoptó el consejo de gobierno del BCE no debió ser fácil. Trichet explicó que se tomó "por consenso", y no por unanimidad, como otras veces. Además, dijo que había sido objeto de una "profunda discusión".

Si la economía está en una "severa" recesión, como diagnostica el propio BCE, y si las expectativas de inflación están controladas a medio y largo plazo (en el 2009 habrá varios meses con tasas de inflación negativa en la zona euro), ¿por qué el BCE no baja más los tipos de interés?

Quienes propugnan una menor lentitud en el recorte de los tipos son aquellos que piensan que, con un precio del dinero en el nivel más bajo de la historia del euro --y desde la segunda guerra mundial, se encargó de enfatizar Trichet--, las rebajas adicionales quizás ya no son tan eficaces. Sobre todo, en un momento en el que el euríbor se ha aproximado ya mucho al precio oficial del dinero.

El euríbor volvió a descender ayer, hasta el 1,791%, y está en un nivel inferior al del Líbor (su homólogo) en EEUU y Reino Unido, países en los que, sin embargo, el precio del dinero es muy inferior. Trichet se encargó de subrayarlo. Este dato, según el análisis del BCE, podría hacer pensar que nuevas rebajas ya no tienen mucho sentido.

OTRAS ALTERNATIVAS Por eso, el BCE piensa en otras alternativas y ayer, por primera vez, su presidente lo reconoció en público y anunció que se concretarán en la reunión de mayo. El objetivo sigue siendo favorecer la financiación de la economía.

Y no se descarta casi nada. Ni siquiera la más agresiva de las opciones, que pasaría porque el BCE comprara deuda directamente a las empresas (no se refirió en exclusiva a los bancos).

Esta medida equivale a inyectar dinero nuevo en la economía. Hay otras medidas "no convencionales" entre las herramientas del BCE, que no implica la creación de dinero nuevo.