El consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) subió ayer los tipos de interés en un cuarto de punto, hasta el 2,75%, por tercera vez consecutiva desde diciembre pasado. Antes de esta decisión de política monetaria que afecta a todos los países del euro, el índice euríbor (por el que se actualizan las hipotecas) ya había anticipado el movimiento alcista. El banco emisor dejó la puerta abierta a nuevos ascensos futuros.

En la reunión que ayer el banco realizó en Madrid --uno de los dos encuentros anuales que lleva a cabo fuera de Fráncfort, donde tiene su sede--, el consejo estudió incluso la posibilidad de subir la tasa que regula el precio del dinero en 0,5 puntos básicos. "Finalmente se ha tomado la decisión unánime de incrementar solo 25 puntos", dijo JeanClaude Trichet, presidente del BCE, en la rueda de prensa que siguió a la reunión del consejo.

El mandatario del BCE especificó que la subida pretende evitar "los riesgos al alza" en la estabilidad de los precios en los próximos meses. El aumento de los precios del petróleo constituye un riesgo latente para una de las funciones del BCE: mantener el IPC bajo control.

MERCADOS A LA BAJA La decisión de la autoridad monetaria europea no sentó bien a los mercados financieros. La bolsa española dio una nueva muestra de inestabilidad. El Ibex perdió los 11.000 puntos. Como la mayor parte de los parquets europeos descendió cerca del 2%. Para los expertos, la posibilidad de nuevos incrementos de los tipos de interés a ambos lados del Atlántico propicia la inestabilidad de los índice bursátiles.

La caída de las bolsas se ha visto acompañada por un descenso del tipo de cambio del euro con el dólar desde los 1,29 a los 1,26 dólares de ayer. También está depreciación está ligada a la evolución alcista del precio del dinero, tanto en la UE como en EEUU. El presidente de la Reserva Federal estadounidense, Ben Bernanke, ha insinuado que habrán nuevos incrementos. Eso, de momento, favorece que se invierta en activos en dólares (más rentables) que en euros.

El BCE calcula que el crecimiento en la eurozona en el 2006 irá del 1,8% al 2,4%, y entre el 1,3% y el 2,3% en el 2007. El nuevo pronóstico para el 2006 no ha variado.

Por su parte, el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, que debe dejar el cargo en julio, mostró ayer su deseo de "seguir trabajando" por la estabilidad "en una institución tan importante como el FMI".