El Banco Central Europeo (BCE) lanzó ayer una carga de profundidad contra la recién aprobada reforma del pacto de estabilidad. El BCE afirmó, en un comunicado oficial, que "está seriamente preocupado" por los cambios acordados y dejó en el aire un velada amenaza de subida de los tipos de interés si los países comunitarios relajan la disciplina presupuestaria.

Mientras los gobiernos de los Veinticinco y la Comisión Europea expresaban su satisfacción por el acuerdo alcanzado laboriosamente durante la noche del domingo para suavizar las ineficaces normas de control del déficit público y para adaptarlas a la realidad económica de cada país miembro de la Unión, el BCE sembró la desconfianza con un comunicado intempestivo.

RESPONSABILIDAD El BCE instó a evitar que los cambios adoptados "socaven la confianza en el marco presupuestario de la Unión Europea (UE) y en la sostenibilidad de las finanzas de los estados de la zona euro". "Es imperativo que los estados, la Comisión Europea y el Consejo de Ministros de la UE apliquen la revisada normativa de forma rigurosa y consistente que conduzca a unas políticas presupuestarias prudentes".

El BCE concluyó reafirmando, "en las circunstancias actuales", el firme compromiso de cumplir su mandato de mantener la estabilidad de precios, una velada amenaza de subir los tipos de interés si detecta laxismo presupuestario.

La reforma del pacto de estabilidad ha permitido desbloquear la cumbre europea que comenzará hoy en Bruselas y que debe dar un impulso político a las reformas económicas y a la creación de empleo. La cuestión pendiente más problemática es cómo enmarcar la liberalización del sector de servicios en la UE. El proyecto de ley europea actualmente en trámite es rechazado duramente por Francia, Alemania, Suecia y Bélgica, entre otros, porque consideran que abre la puerta al dúmping social, laboral y tributario. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, expresó ayer su confianza en que, tras el acuerdo sobre el pacto de estabilidad, Alemania acepte aumentar su contribución a la UE y esto permita aprobar en junio el nuevo marco presupuestario para el 2007-2013 con fondos suficientes. Alemania y otros países ricos defienden congelar el gasto comunitario pese a la ampliación y recortar drásticamente las ayudas a España.

El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, recibió ayer en La Moncloa a los máximos dirigentes de la patronal CEOE y de los sindicatos CCOO y UGT para explicarles la postura que España defenderá en la cumbre de la UE.