El Gobierno belga tendrá dos representantes en el consejo de administración del grupo bancario y asegurador KBC a cambio de la inyección de capital de 3.500 millones de euros para reforzar la solidez de la entidad ante la crisis y la pérdida de confianza de los inversores. El acuerdo, formalizado poco antes de la apertura de las bolsas, permitió a KBC limitar el retroceso de sus acciones al 0,9% y cerrar la sesión a 24,46 euros, después de haber llegado a perder un 17% durante la jornada. Las acciones de KBC, no obstante, han perdido ya más de la mitad de su valor desde principios de octubre y más del 75% desde enero pasado.

La inyección de capital se realizará a través de acciones no transferibles y sin derecho a voto, por presión de los actuales grandes accionistas de KBC para que no se diluya su poder y siguiendo el modelo de Holanda en el grupo ING.

El Gobierno belga tendrá derecho de veto sobre algunas decisiones, incluida la política de remuneración de la cúpula y la compra de acciones en otras entidades.

KBC obtuvo un beneficio neto durante el primer semestre de 1.047 millones de euros, pero espera unas pérdidas de 930 millones en el tercer trimestre del año.