El brusco descenso del precio del petróleo en la segunda mitad del año pasado provocó que Repsol cerrase el ejercicio con una caída del beneficio del 15%, hasta los 2.711 millones de euros. El presidente de la petrolera, Antoni Brufau, achacó ayer el descenso a la caída en 500 millones de euros del valor del estoc de crudo que la normativa le obliga a tener para garantizar el suministro.

El ejecutivo subrayó que el beneficio recurrente --sin tener en cuenta este efecto inventario-- creció el 5%, hasta los 5.503 millones. "Los básicos de la casa son muy superiores a los del año pasado", defendió. Las perspectivas para este año son duras, pues prevé un precio medio del barril de unos 60 dólares y un menor consumo.

Brufau reconoció que la acción de Repsol cotiza a un nivel "baratísimo" y admitió que "está claro que la mejor defensa ante una opa hostil es estar caro". Con todo, se mostró confiado en que no recibirá ningún ataque : "Las circunstancias financieras del mundo no están para invertir miles de millones". En esta línea, se declaró "confiado" en mantener su actual núcleo accionarial: "Me gustaría mucho que Sacyr se pueda quedar como accionista estable y que solucionase sus problemas".