El ministro alemán de Finanzas, Hans Eichel, respondió ayer al ultimátum del comisario de Asuntos Económicos, Pedro Solbes, con el anuncio de más medidas "necesarias, y en ciertos puntos posiblemente dolorosas" para atajar el déficit público.

En un comunicado emitido por el Ministerio de Finanzas en respuesta al plazo dado por la Comisión Europea, Eichel llama a las administraciones regionales y municipales a contribuir a la reducción del déficit. El ministro alemán no ve en el ultimátum de la Comisión una amonestación sino más bien una confirmación de que es correcta la política económica que está siguiendo el Gobierno alemán, que prevé alcanzar un déficit del 2,75% en el 2003, por debajo del 3% máximo que marca el Plan de Estabilidad y Crecimiento (PEC) acordado por los países europeos el pasado año.

Sin embargo, este pronóstico de déficit se basa en unas previsiones de crecimiento del 1,5% del PIB para el 2003, una cifra que nadie cree ya realista. Todos los institutos económicos han revisado a la baja las previsiones. El último, el Deutsches Institut für Wirtschaftsforschung (DIW) de Berlín, lo hizo el martes, y situó su nuevo pronóstico de crecimiento en un modesto 0,6%.

Sólo el Gobierno insiste en su costumbre de mostrar un optimismo desproporcionado. "A fecha de hoy, no hay datos económicos más negativos de lo esperado que pudieran justificar una revisión de las previsiones de crecimiento", declaró ayer ante la prensa el portavoz del Ministerio de Finanzas, Jörg Müller.

Una de las batallas por el déficit la seguían librando al cierre de esta edición el ministro de Interior, Otto Schily, y las administraciones regionales y municipales con los funcionarios, por la revisión de los convenios para el 2003. Los funcionarios piden un aumento de sueldo del 3,6%. Ante la dificultad de llegar a un acuerdo en la comisión mediadora, a la que Schily acusó de falta de ecuanimidad, el sindicato Verdi amenaza con parar el país en señal de advertencia. Schily anunció ayer que si se convoca una huelga retirará su última oferta de la mesa.

ADVERTENCIAS DE BRUSELAS

La Comisión Europea actuó ayer con una dureza inusitada al denunciar los incumplimientos de disciplina presupuestaria en varios países de la Unión Europea (UE). Comenzó con Alemania, cuyo déficit presupuestario calificó de "excesivo", a la vez que pedía a los ministros de la UE que exijan a la primera economía de la eurozona la adopción de ajustes inmediatos para remediarlo.

La Comisión también reiteró la propuesta de amonestación contra Francia. Según Solbes, Francia deberá hacer "todo lo posible" para no caer como Alemania --y Portugal antes-- en un déficit superior al 3% del PIB.