El canciller alemán, Gerhard Schröder, manifestó ayer su esperanza de que el Banco Central Europeo (BCE) tome medidas para responder a la fortaleza del euro, que resulta perjudicial para las exportaciones alemanas. Ante el encuentro con el presidente de la Reserva Federal estadounidense (Fed), Alan Greenspan, el primer ministro alemán subrayó que al BCE le compete en primera línea responder a la actual situación.

"Respetando la independencia del BCE, tengo la esperanza de que sabrá asumir la responsabilidad que tiene, sobre todo respecto a la evolución de los tipos de interés, y que por ello sabrá encontrar respuestas", dijo.

Por primera vez, el canciller se pronuncia abiertamente sobre la evolución de la divisa y expresa su deseo de que el BCE reduzca tipos de interés.

Greenspan, sin embargo, afirmó que la debilidad del dólar no parece estar provocando ningún tipo de presión sobre los precios, y que el déficit por cuenta corriente no supone un problema acuciante. El tipo de cambio real del dólar ha caído un 15% en general y aproximadamente un 25% frente a las principales divisas desde comienzos del año 2002, afirmó.

No obstante, la inflación sigue inactiva y la enorme transferencia de ahorros que se refleja en el aumento del déficit corriente ha sucedido sin que se produjera un trastorno apreciable en la balanza de las finanzas internacionales.