Vigilar a los miembros de la Unión cuya competitividad esté en entredicho y así evitar consecuencias nefastas para la eurozona. Ese es para Merkel el primer paso que debe dar la UE para evitar que se repitan crisis como la de Grecia. "Nuestra obligación es lograr una estabilidad a largo plazo para el euro", dijo ayer la cancillera durante su defensa ante el Bundestag del proyecto de ley que liberará las ayudas alemanas pactadas para el programa de rescate griego. Para lograrlo, Merkel insiste en que son necesarios muchos cambios que permitan perseguir y castigar de antemano a los que amenacen con lastrar a la moneda común.

La lista de iniciativas que su gobierno quiere presentar en Europa el viernes se resume en lograr "procesos más rápidos en el establecimiento de sanciones", que además deben endurecerse. Los países que en el futuro violen el pacto de estabilidad deberán afrontar desde recortes de ayudas estructurales y subvenciones agrarias a la pérdida temporal del derecho a voto en la UE. Merkel apoyó la idea de establecer procesos de insolvencia controlada para los países que no logren controlar su déficit.

Pese a la dureza en sus palabras y exigencias, Merkel defendió el programa de ayudas a Grecia que, según aseguró, es necesario porque "Europa se encuentra en una encrucijada" y "lo que está en juego no es ni más ni menos que el futuro de Europa y con él el futuro de Alemania".

EL BUEN EUROPEO Tras semanas de reticencias, la cancillera quiso ayer defender también la actuación de su Gobierno en el proceso. Ante un parlamento agitado --impregnado de ambiente electoral-- Merkel se citó a sí misma: "Un buen europeo no es aquel que ayuda rápidamente sino el que piensa en los tratados europeos y en la estabilidad del euro". A pesar de esto, insistió en que hay que discutir la revisión de los tratados vigentes.

Los líderes de la zona euro abordarán mañana en la cumbre extraordinaria estas propuestas alemanas y otras iniciativas de Francia y de la Comisión Europea para reforzar el pacto de estabilidad del euro y la coordinación de las políticas económicas nacionales.

El presidente de la UE, Herman van Rompuy, y el Ejecutivo comunitario quieren que el debate sirva para fijar los principios de la nueva reforma del pacto de estabilidad y para obtener un compromiso de los líderes europeos de aceptar un gobierno económico europeo basado en la coordinación previa de las políticas presupuestarias. Van Rompuy y la CE aspiran a que los líderes acepten una supervisión colectiva posterior de la aplicación de esos presupuestos.