Ben Bernanke compareció ayer por primera vez ante el Congreso desde que anunció la última compra de bonos del Tesoro en noviembre pasado y el presidente de la Reserva Federal (Fed) pintó un panorama de luces y sombras sobre la evolución de la economía estadounidense. En todo caso, volvió a defender las criticadas recetas heterodoxas adoptadas por la Fed.

Aunque vaticinó que el ritmo de recuperación será "moderadamente más fuerte" este año que en el 2010, el máximo responsable de la política monetaria de EEUU reconoció que no será suficiente para atajar el problema del desempleo. "A este ritmo harían falta de cuatro a cinco años para que el mercado laboral se normalice plenamente", advirtió.

Bernanke habló de niveles de paro cercanos al 8% en los próximos dos años poco antes de que el Departamento de Trabajo anunciara que la tasa de desempleo cayó en diciembre al 9,4%, su nivel más bajo desde la primavera del 2009, datos celebrados por el presidente de EEUU, Barack Obama, pese a que fueron peores que los que vaticinaban los analistas.

El líder de la Fed aprovechó su intervención ante los senadores del comité de presupuestos para volver a pedir un plan fiscal "creíble" que permita luchar contra el abultado déficit de las cuentas públicas y garantizar así el crecimiento a largo plazo. "Los riesgos serán mayores cuanto más tardemos en actuar", advirtió.

De esta forma, Bernanke instó a los nuevos congresistas a buscar soluciones a los problemas "estructurales" que esperan a la economía estadounidense más allá de actuar sobre los efectos cíclicos a corto y medio plazo. "Como nación todavía hemos hecho muy poco para afrontar esta amenaza crítica para nuestra economía", concluyó.