Una vez cada seis meses, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos se sienta durante dos días ante las dos cámaras del Congreso. Si habitualmente son comparecencias seguidas con atención por políticos, mercados y analistas, en momentos de crisis como la que sacude a todo el mundo desde hace meses cobran dimensiones aún mayores. Y ayer Ben Bernanke lanzó un mensaje alto y claro: el banco central estadounidense mantendrá "por un periodo prolongado" los tipos de interés donde están, "en niveles excepcionalmente bajos", centrando su política en alimentar la recuperación económica.

En la primera de sus jornadas en Capitol Hill, sentado ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara Baja, Bernanke defendió esa política y trató de disipar los temores a un posible impulso inflacionista, asegurando que todos sus colegas en la Fed esperan "que la inflación sea más baja este año que en otros recientes" y añadiendo que "la mayoría espera que se mantenga baja los próximos dos años".

RETIRADA SUAVE Y OPORTUNA "Es importante asegurar a los ciudadanos y a los mercados que las extraordinarias medidas políticas que hemos tomado en respuesta a la crisis y la recesión pueden ser retiradas de forma suave y oportuna según se necesite, evitando de esa forma que una política de estímulo pudiera llevar a un futuro aumento de la inflación", dijo Bernanke, que defendió contar con las "herramientas necesarias para implementar esa estrategia cuando sea apropiado". Mandaba un mensaje a actores como el Gobierno chino e inversores estadounidenses y extranjeros que han mostrado preocupación por el efecto de las medidas de la Fed en sus inversiones y en el valor de la deuda y el dólar.

Entre esas herramientas a las que apuntó ayer Bernanke están los intereses que la Fed paga a los bancos por mantener reservas en el banco central.

El presidente de la Fed, cuyo mandato expira en enero, insistió en que la recuperación económica comenzará en la segunda mitad del año, pero alertó de que tardará en tener efectos positivos en el mercado laboral. El índice de paro, que ha alcanzado en EEUU porcentajes no vistos en los últimos 26 años y se sitúa en el 9,5%, podría llegar hasta el 10,1%.