La bolsa pudo desquitarse ayer del mal febrero que ha atravesado apuntándose un alza en la primera sesión de marzo. La jornada, eso sí, resultó volátil y fue de más a menos. El Ibex 35 abrió con alzas cercanas al 1,5% y rozó los 10.500 puntos. Luego fue perdiendo fuerza y solo recuperó algo de empuje gracias a la apertura alcista de Wall Street. Al final, se apuntó un repunte del 0,98%, hasta situarse en los 10.434,9 puntos.

El selectivo español se benefició de las buenas expectativas que han provocado en los mercados las noticias de que Alemania y Francia podrían estar preparando un plan de rescate para Grecia. La mejora de los diferenciales de la deuda pública griega y española dieron prueba de ello. Contribuyeron también la reactivación de los movimientos corporativos en EEUU y la presentación de unos resultados de las constructoras españolas mejores de los previstos.

El selectivo español, con todo, se quedó rezagado respecto al alemán (2,06%) y el francés (1,64%), y estuvo más en línea con el británico (0,96%), que se vio lastrado por la incertidumbre política sobre el futuro del país. El euro, por su parte, sigue dando muestras de debilidad y perdió posiciones frente al dólar. Al cierre de la sesión se cambiaba a 1,3525 unidades de la moneda americana.

Entre los valores con mejor comportamiento, destacaron constructoras como ACS (2,18% de alza), Sacyr (2,16%), que ayer presentó resultados, y Acciona (2,05%), que vio premiada la presentación de su nuevo plan estratégico. Algunos bancos también se recuperaron del sobrecastigo recibido en las últimas semanas. Fue el caso del Santander (1,14%), del Sabadell Atlántico (0,48%), Bankinter (0,28%) y Popular (0,16%).

La rentabilidad de la deuda española a largo plazo bajaba cuatro centésimas hasta el 3,820%, mientras que el efectivo negociado en el mercado continuo ascendió a 2,1 millones, de los que algo menos de 400 eran de operaciones de inversores institucionales.