El ministro de Fomento, José Blanco, abrió ayer el debate sobre una fórmula para reducir el gasto público: la congelación salarial de los 2,6 millones de funcionarios que hay en España. Blanco, que el pasado jueves propuso subir los impuestos a los ricos para mejorar la política social, abogó ayer por establecer "niveles de contención" en los sueldos de los funcionarios para el 2010, sin que ello signifique, advirtió, una pérdida del poder adquisitivo.

De llevarse a cabo, la propuesta tendría un significativo impacto en las arcas públicas, ya que el gasto de personal de la Administración supone el 17% de los presupuestos generales del Estado. "Estamos en tiempos de austeridad", argumentó Blanco en una entrevista concedida a Europa Press. Esa austeridad, justificó, lleva a dar prioridad a "aquello que genere actividad económica y permita ayudar a los que más lo necesitan". En este sentido, el ministro reiteró la necesidad de subir los impuestos a las rentas altas.

La propuesta de congelación del sueldo de los funcionarios puede lograr apoyos en sectores que ya han reclamado esa medida en otras ocasiones, como las cámaras de comercio.

BUENA DISPOSICION El ministro de Fomento aseguró, además, que cuenta con la "buena disposición" de los sindicatos para el diálogo en esta materia. CCOO y UGT aceptaron ayer, con reservas, la posibilidad de debatir sobre el sueldo de los funcionarios.

El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, explicó que, si bien no se ha presentado de manera oficial, el tema podría plantearse en una reunión de la mesa de la función pública entre Gobierno y sindicatos el próximo septiembre. Toxo recordó que no todos los funcionarios cobran lo mismo y que algunos están en condiciones precarias. "Tampoco aquí vale lo del café con leche para todos", destacó. El secretario general de la Federación de Servicios Públicos de UGT, Julio Lacuerda, consideró que "hay margen para negociar" las subidas salariales de los funcionarios, aunque alertó de que el sindicato rechazará cualquier proposición para congelar el sueldo de estos si supone que pierdan poder adquisitivo.

El incremento salarial de los empleados públicos para el 2009 es de más del 3%, incluidas las pagas extraordinarias y otros complementos. Según apuntó Blanco, el poder adquisitivo de los funcionarios ha mejorado en los últimos meses a causa del descenso de la inflación (en julio se situó en el -1,4%). La previsión del Gobierno es que el IPC vuelva a registrar tasas positivas a finales de este año.

OPOSICION Las declaraciones de Blanco tuvieron la inmediata respuesta del PP. La secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, tachó la propuesta del titular de Fomento de una nueva "improvisación" del Gobierno. La dirigente del PP recordó que, solo 10 días antes, la secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín, había dicho que la congelación de los salarios de los funcionarios no estaba sobre la mesa. "El Gobierno cambia de opinión todos los días", apostilló De Cospedal, quien censuró la política económica de "gastar, gastar y gastar" que, afirmó, lleva a subir los impuestos y disminuir las prestaciones sociales.

Una de las autonomías gobernadas por el PP, la Xunta de Galicia, valoró en cambio positivamente la propuesta de Blanco. La consejera de Trabajo, Beatriz Mato, opinó que "no estaría fuera de lugar" en el contexto de crisis. El presidente del PP en Andalucía, Javier Arenas, propuso, por su parte, la congelación de los sueldos de los altos cargos y los consejeros de la Junta, y de los parlamentarios.

Para UGT, el problema es otro. El sindicato subraya que existe un porcentaje del empleo público que está vacante por bajas o excedencias, lo que provoca "colapsos importantes" en las gestiones administrativas. UGT afirma que el exceso de funcionarios "es un tópico" y opina que deberían crearse en la Administración entre un 30% y un 50% de puestos de trabajo más.