Después de semanas de especulaciones, las relaciones entre los accionistas de Iberia quedaron ayer algo más claras. El presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, decidió tender públicamente su mano a British Airways apenas medio mes después de hacer fracasar el intento de la aerolínea británica de comprar la española. "British Airways puede hacer una gran contribución al futuro de Iberia", afirmó sin ambages.

El primer ejecutivo de la entidad de ahorro, que ahora controla el 22,99% de Iberia, quiso dejar claro que no está buscando un nuevo socio industrial para sustituir a British, que controla un 10% del capital. "No nos hemos planteado otra opción, la consideramos un miembro importante en el consejo de administración", aclaró.

Blesa aprovechó el acto de conmemoración del 80º aniversario del primer vuelo de Iberia para lanzar este mensaje conciliador. Fue aún más lejos, e incluso se mostró abierto a que los actuales propietarios u otros interesados incrementen su peso o entren en el accionariado de la compañía. "Cualquier socio es bienvenido y puede comprar los títulos que crea oportuno en el mercado: nosotros no tenemos la llave de la compañía para decir quién puede comprar y quién no".

ADVERTENCIA El presidente, con todo, sí quiso lanzar un aviso a los inversores más especulativos. La segunda caja del país no se ha convertido en accionista de referencia para impedir la entrada de nadie, "lo que no quiere decir que estemos de acuerdo con cierto tipos de compras que no benefician a los accionistas", aseveró en alusión a las compras que promueven firmas de capital riesgo.

Blesa dio muestra de una total sintonía con su homólogo en Iberia, Fernando Conte. La caja va a ocupar tres puestos en el consejo de administración de la aerolínea. Por su parte, Conte se declaró "plenamente satisfecho" con la composición accionarial.