El Dow Jones alcanzó los 18.333 puntos en día en el que Donald Trump fue elegido presidente de EEUU. Desde entonces ha aumentado más de 4.600 puntos, o lo que es lo mismo, un 25%, para superar por primera vez en su historia los 23.000 puntos. Es verdad que el tránsito por esa cota ha sido breve, de momento --la perdió poco después--, pero la evolución del indicador alcanza máximos insospechados de mes en mes. Los problemas políticos de Trump no han amedrentado a los inversores, en gran parte, porque el mercado se ha visto respaldado por unos excelentes resultados empresariales, que han permitido mejorar el crecimiento económico del país.

Las acciones de las grandes firmas financieras, como Goldman Sachs y Morgan Stanley registraron ascensos significativos tras que las compañías dieran a conocer crecimientos en sus resultados por encima de las expectativas de los inversores. Se producen después de que JP Morgann, Chase, Citigroup y Banl of America dieran a conocer la semana pasada mejoras en sus cuentas trimestrales. "Los fundamentos de la economía de EEUU son muy buenos y la economía global se acelera", destacó a la agencia Bloomberg David Joy, responsable de estrategia de mercados de Ameriprise Financial en Nueva York.

La evolución del mercado estadounidense ha tenido efecto en las bolsas europeas. El Ibex 35 ha cerrado la sesión de este martes con una subida del 0,35% que le ha ayudado a recuperar los 10.200 puntos (10.216,8) en una jornada en la que Siemens Gamesa e IAG han rebotado más de un 2%.

Por detrás, han registrado avances superiores al 1% valores como Mediaset (1,85%), Acciona (1,77%), Ferrovial (1,27%) e Inditex (1,04%), a los que han seguido compañías con alzas menos acentuadas, como Grifols (0,76%), Aena (0,62%) o Merlin (0,36%).