El guión estaba escrito: las buenas noticias macroeconómicas y las optimistas previsiones de los bancos centrales debían trasladarse a los mercados con subidas generalizadas. Dicho y hecho: ayer, los principales índices europeos recibieron como agua de mayo la salida de la recesión de Francia y Alemania; y el Ibex 35 logró, tras varios ataques fallidos, asaltar la barrera de los 11.000 puntos. Un nuevo máximo anual para el índice, que terminó la sesión con una subida del 1,03%.

Si el miércoles fue la Reserva Federal la que aseguró que la economía de EEUU daba muestras de "estabilización", ayer fue el turno del Banco Central Europeo, que afirmó que en la zona del euro "el ritmo de contracción se ralentiza claramente". Más brotes verdes : al consenso de los dos lados del Atlántico se le sumó la noticia de que la economía europea frenó su desplome en el segundo trimestre gracias a la vuelta al crecimiento de Alemania y Francia.

Todo hacía indicar que los mercados reaccionarían positivamente a estas noticias, y así fue. El FTSE de Londres terminó con una subida del 0,78%; el CAC de París, del 0,5%; el DAX germano, del 0,92%; y el FTSE italiano, del 1,30%. Los incrementos no fueron mayores debido a la apertura bajista de Wall Street, motivada por la caída de las ventas minoristas y la subida del paro semanal.