La bolsa ha capitulado. Ese concepto que forma parte del manual de los analistas técnicos bursátiles describe la situación en la que ya no queda ánimo alcista: no se puede sostener la presión vendedora y los inversores que aún esperaban subidas acaban por desprenderse de sus acciones. "Cuando eso ocurre, es que se está cerca del fondo", analiza Mariano Sancho, director de renta variable de Riva y García.

Esta semana, los mercados mundiales han dado una lección práctica de ese concepto teórico, con la mayor caída que se recuerda. No es un fenómeno infrecuente, aunque se vea de tarde en tarde. Tras el 11 de septiembre del 2001 y el atentado a las torres gemelas de Nueva York se experimentó una situación parecida. "Quizá la intensidad fue algo menor, pero los mercados también claudicaron", explicó Jaume Puig, presidente de la gestora de Gaesco.

La capitulación parte de la crisis económica y financiera actual, pero va mucho más alla. Se entiende que las turbulencias económicas que derivan en recesión pueden costarle a las bolsas un 20% de su valor desde máximo, pero un descalabro del 40%, como contabilizan la mayor parte de los índices mundiales en la actualidad, está más allá de la lógica económica. El péndulo pasa de un extremo al otro, y no se detiene en matizaciones: caen los mercados de todas las latitudes, no importa el estado de sus economías. Los descensos son generalizados para todos los valores, no cuenta el tipo de empresa ni el sector en el que opere. Los resultados empresariales, los tipos de interés, el precio del petróleo, las cotizaciones de las divisas y ningún otro indicador, ni siquiera las medidas para atajar la crisis del crédito, tienen efecto sobre los precios. Y, finalmente, se producen las ventas forzadas, por lo tanto indiscriminadas, por parte de los hedge funds (fondos de riesgo), con un fuerte porcentaje de compras a crédito.

Pero desde el punto de vista de los expertos, la situación también tiene una lectura positiva: la bolsa aún es el único mercado que funciona. El de renta fija privada murió hace un año, en el interbancario hay sequía y en el mercado inmobiliario no se vende un activo ni rebajado. Quien necesite liquidez solo puede vender en los parquets , y lo hace.

TAMBIEN SE COMPRA Pero no solo se vende. Durante esta semana se ha producido un fenómeno que también se recoge en los manuales de crisis. Durante varios días, las bolsas internacionales se han mantenido estables durante buena parte de la sesión, pero en la última media hora de cotización han caído dramáticamente. No hay dinero de particulares, los traders --inversores profesionales-- mueven los hilos. "Toman posiciones por la mañana con la expectativa de que se produzca un rebote. Si este no llega, venden esas posiciones antes del cierre y los índices se desploman", comenta Pablo Piquero, analista de Inversis.

Mientras, el barril de Brent sigue bajando. Ayer cerró en 74,09 dólares, la mitad de la cotización récord que marcó el pasado mes de julio (147,50 dólares).