El Ibex 35 terminó la jornada de ayer rozando los mínimos del pasado 27 de octubre, cuando el índice descendió hasta los 7.737,2 puntos. Una sesión más como la de ayer será suficiente para recorrer los 200 puntos que distan de esta nefasta cota.

El cierre de Wall Street del día anterior, con una caída del 5,1%, provocó que los inversores se volvieran a retraer alertados, además, por las malas perspectivas que arrojaba el informe de la Reserva Federal estadounidense. La previsión de recesión en EEUU durante el 2008 y el 2009 no era lo mejor para tranquilizar al mercado.

No insuflaron mejores esperanzas las noticias laborales que llegaban de EEUU. Las solicitudes de subsidio de desempleo crecieron la semana pasada hasta superar las 542.000, nivel no alcanzado desde julio de 1992. Esto hizo que también Nueva York abriera a la baja. A lo largo de la sesión se sumaron el mal comportamiento de las acciones de Citigroup y General Motors, este último por la mala situación que padece el sector automovilístico.

Tampoco llegaban ánimos desde el otro lado de mundo. Las bolsas asiáticas habían cerrado de madrugada con pérdidas. Tokio registró un descenso del 6,9% tras conocerse el pequeño déficit de la balanza comercial japonesa.

Los valores del Santander continuaron descendiendo y ayer perdieron otro 5,55%. Además, los derechos de la ampliación de capital perdieron más del 21%. Bankinter se dejó el 6,88% y el resto de bancos retrocedieron entre el 2,38% (Banesto) y el 3,49% (BBVA).

Las mayores pérdidas las sufrieron Cintra (-8,39%), Iberdrola Renovables (-8,26%) y Gamesa (-7,77%). De los grandes valores, solo se libró Telefónica, que se quedó casi plano. De las pocas empresas del Ibex 35 que también obtuvieron beneficios destacó Sacyr Vallehermoso, con una revalorización del 13,23% por el interés de la petrolera rusa Lukoil en comprar el 20% que tiene la constructora en Repsol.