La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, ha tomado el control. La primera decisión tras la compra de la entidad por un euro ha sido la de destituir a la cúpula del Banco Popular. Sin dudar. La segunda acción ha sido la de dar la bienvenida a los más de cuatro millones de clientes del Popular, "entre ellos, los 1,3 millones de pymes, tan importantes para este país". "Mi prioridad es y serán los clientes del Popular", ha añadido en su primera intervención tras el anuncio de la operación.

El responsable de Santander España, Rami Abhoukair, ha aprovechado para transmitir un mensaje de tranquilidad a todos los empleados y clientes del Popular y asegurar que a partir de ahora pasan a formar parte del Santander.

Nada cambia para los clientes del Popular. Serán atendidos por el mismo personal y en las mismas oficinas. Pueden estar tranquilos, tenemos la máxima experiencia y vamos a actuar con la máxima atención", ha dicho Botín, para asegurar después que la operación da "certidumbre y estabilidad" al sector financiero español y ha negado haber recibido presiones de ningún tipo para intervenir en el proceso.

El proceso se ha llevado a cabo a través de una subasta, en la que al parecer varias entidades presentaron ofertas, y en la que el Santander presentó la suya y fue aceptada, explicó la entidad, que dijo no tener más datos sobre las ofertas. Oviamente la oferta se basaba en el plan posterior y las opciones de consolidación del negocio del Popular.

Ana Botín quiso tranquilizar de nuevo a los clientes y empleados del Popular, a los que recordó que el Santander "tiene experiencia en este tipo de operaciones". El proceso de integración, dijo, "llevará un tiempo" y mientras, los clientes del Popular no tienen que preocuparse por nada, pues "nada cambiará para ellos", ya que seguirán siendo atendidos por las mismas personas en las mismas sucursales. Según la presidenta, la unión de ambos bancos será buena "para España, para Europa y contribuirá al crecimiento de la economía española".

Explicó que la entidad hará en el plazo de un mes una ampliación de capital de 7.000 millones de euros y dotará provisiones por importe de 7.900 millones de los que 7.200 millones se destinarán al sector inmobiliario, con lo que la cobertura de los activos pasa del 45% al 67%.

La intención del Santander es deshacerse de, al menos, la mitad de los activos improductivos del Popular en unos 18 meses.