Que Grecia iba a tener que echar mano del rescate prometido por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional era algo que los inversores daban por descontado desde hace días. Por ello, la decisión del Gobierno heleno de activar el mecanismo de ayuda fue recibida ayer con los brazos abiertos por los mercados que, como siempre, son enemigos de la incertidumbre.

El Ibex 35 se contagió de los buenos vientos que soplaron por todas las plazas del continente y registró un alza del 0,89%, hasta los 10.918,2 puntos. Los temores de los últimos días, con todo, han provocado que haya perdido el 3,03% durante toda la semana y el 8,56% en lo que va de año. El selectivo español subió menos que otros europeos, como el alemán (1,47%) y el británico (1,03%), pero logró superar al francés (0,68%).

Otras buenas noticias contribuyeron al ánimo comprador de los inversores. La confianza de los empresarios alemanes marcó su nivel máximo en dos años y Estados Unidos publicó buenos datos de pedidos de bienes duraderos y venta de viviendas.

La clave, con todo, fue Grecia, aunque su impacto positivo fue menor de lo esperado por algunos analistas. La ayuda va a permitir reducir las presiones sobre el euro y rebajar las primas de riesgo de los Estados y de las entidades financieras. Pero su efecto no se dejará sentir del todo hasta que el Gobierno heleno pacte un plan de ajuste fiscal y el rescate sea una realidad plena.

Así las cosas, las mayores subidas fueron las de Abengoa (3,22%), Iberia (3,08%), Técnicas Reunidas (2,43%) y ACS (2,30%), pero aumentaron también los grandes valores, con Repsol (1,78%) por delante de Telefónica (1,76%), el BBVA (0,66%), Santander (0,49%) e Iberdrola (0,1%). Bankinter, que presentó resultados del primer trimestre que no gustaron al mercado, fue el único banco que cayó y el farolillo rojo del selectivo (1,08%). También Mapfre cayó el 1,01% y Grifols cedió el 0,97%.