La Comisión Europea ha recordado a España y los demás socios de la Unión Europea que cuentan con fábricas de Opel que no pueden condicionar su posible ayuda financiera a la empresa a la reducción del impacto en cada país de la reestructuración y los recortes de plantilla. La comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, ha remitido una carta a las autoridades de los siete Estados miembros afectados por la crisis de Opel advirtiéndoles de las incompatibilidades de las ayudas financieras que se están discutiendo. Además de España, también han recibido la carta los gobiernos de Alemania, Reino Unido, Bélgica, Austria, Hungría y Polonia.

Respecto al apoyo de España a la filial de General Motors (GM), que adquirirá el grupo Magna, el portavoz comunitario de Competencia, Jonathan Todd, apuntó que, en principio, el Gobierno no prevé conceder ayudas, "así que no se les puede criticar por eso". El ministro de Industria, Miguel Sebastián, se reunirá hoy en Madrid con el consejero delegado de Magna, Siegfried Wolf, para concretar los planes y recibir garantías respecto a la planta aragonesa de Figueruelas, para la que está previsto eliminar 1.320 empleos.

En el encuentro también estarán presentes la secretaria de Estado de Industria, los consejeros de Economía e Industria de Aragón y representantes de los trabajadores. En la reunión tendrá que concretarse lo que Sebastián calificó el viernes de "buena música" tras reconducir la negociación en Berlín.

PRIVILEGIOS A ALEMANIA El Gobierno alemán acordó con Magna un apoyo financiero de 4.500 millones pero las negociaciones con el resto de países implicados sobre el reparto de esa cantidad se han complicado. España, Bélgica y Reino Unido sospechan que Alemania negoció con Magna un trato preferente para las cuatro fábricas en su territorio y discrepan del impacto de la reestructuración en sus factorías.