El sector bancario español dispone de un confortable colchón de liquidez, los préstamos dudosos de los balances siguen reduciéndose y hay varias entidades que han aumentado sus emisiones de deuda pero hay algunos nubarrones que no han desaparecido y que amenazan al sistema financiero español. Entre ellos, los costes de los litigios en forma de compensación a los consumidores tras algunos fallos judiciales, la lenta privatización de bankia, la escasa calidad de los activos de la Sareb o banco malo y un entorno de tipos de interés bajos que presiona los márgenes de los bancos.

Es lo que han constatado los inspectores de la Comisión Europea y el Banco Central Europeo en el informe de balance de la novena misión de supervisión tras el rescate bancario publicado este viernes. La visita tuvo lugar el pasado 9 y 10 de abril y pone el foco en la salud del sector financiero que no se ha visto afectado por la volatilidad en Italia en los últimos meses ni por la moción de censura contra Mariano Rajoy.

Responsabilidad del Santander

El informe apunta, no obstanye, a varios motivos de preocupación. El primero, los litigios abiertos en los tribunales españoles y en la Corte europea de justicia a raíz de la resolución del Popular y su venta al Santander. Los inspectores consideran que la operación fue “exitosa” porque ni depositantes ni contribuyentes sufrieron pérdidas, no hubo ningún impacto negativo en la estabilidad financiera y la coordinación entre todas las autoridades nacionales y la UE fue buena. Sin embargo, la entidad que dirige Ana Patricia Botín podría tener que hacerse cargo de la factura de las compensaciones. El Tribunal Supremo ha suspendido todos los procedimientos judiciales hasta conocer la decisión del Tribunal de Justicia de la UE y ha rechazado todas las medidas cautelares que pedían la suspensión de la resolución. “Dado que no se otorgó ningún esquema de protección de activos en la venta de Popular a Santander, en principio este último sería responsable de otros litigios potenciales por la gestión de los accionistas o los acreedores de Popular”, avisa el documento.

Privatización de Bankia y Sareb

Otro de los problemas recurrentes sobre los que alertan los inspectores es la privatización de Bankia. Los inspectores celebran que el proceso haya sido retomado de nuevo pero urgen a las autoridades españolas a “encontrar la mejor estrategia de desinversión y oportunidades de mercado para vender la participación pendiente”. A corto plazo, sostienen, la fusión del Banco Mare Nostrum (BMN) y Bankia debería generar sinergias positivas que pueden reforzar el valor de la entidad privatizada y maximizar los beneficios que deben volver al Estado. El informe vuelve a alertar una vez más de la mala calidad de los activos de la Sareb o banco malo, la lenta desinversión de su cartera y los elevados costes financieros. “Por ello, la Sareb necesita continuar los esfuerzos para optimizar su actividad de negocio, aumentar las ventas y mejorar los márgenes financieros”.

Vigilar el crédito al consumo

El tercer gran desafío al que se enfrenta el sector financiero español son los tipos de interés bajos que presionan los márgenes de los bancos y que podrían llevar a algunas entidades a suscribir créditos con un mayor riesgo. Ante este riesgo, los inspectores reclaman a bancos y supervisores que garanticen una implementación “lo suficientemente conservadora de los estándares de crédito, en particular a la luz del reciente aumento en la demanda de crédito al consumo” y “una vigilancia estrecha” tras la reciente expansión de estos créditos. Además, reclaman a los bancos medidas para mejorar su eficiencia a través de una mayor digitalización.

Diagnóstico económico

El análisis subraya que la economía española ha seguido creciendo a un ritmo robusto gracias al tirón del consumo privado, las inversiones y una construcción residencial más potente de lo previsto. También sostiene que el impacto de la crisis política de Catalunya se ha mantenido contenido y que el PIB no mostró señales de desaceleración durante el primer trimestre del año. Aún así España sigue registrado desequilibrios macroeconómicos, la deuda es todavía muy elevada y aunque el paro ha caído sigue siendo uno de los más altos de la UE, especialmente entre los jóvenes y trabajadores poco cualificados, y con una segmentación en el empleo que impide aumentar la productividad laboral. El informe también alerta del presupuesto expansionista diseñado por el ex presidente Mariano Rajoy que no permitirá cumplir ni con el objetivo de déficit ni con el esfuerzo estructural comprometido para este año.