La Comisión Europea animó ayer al Gobierno belga a solicitar fondos comunitarios con los que hacer frente a los efectos del cierre de la planta de Opel en la localidad de Amberes, conocida ayer. Esa decisión dejará sin empleo a más de 2.600 personas.

"Estamos dispuestos a emplear todos los instrumentos a nuestra disposición para ayudar, incluidos el Fondo Europeo para la Globalización y el Fondo Social Europeo", dijo la portavoz del Ejecutivo comunitario, Pia Ahrenkilde. El presidente del Gobierno comunitario, José Manuel Durao Barroso, se reunió ayer con el presidente de la región belga de Flandes, Kris Peeters, para abordar el desmantelamiento de la planta. "El cierre tendrá serias consecuencias para la economía local, regional y nacional", según Ahrenkilde.

General Motors Europa anunció el jueves que cerrará la fábrica belga a la vez que confirmó la continuidad de la zaragozana de Figueruelas. En el centro aragonés, Opel ha previsto despedir a unos 900 empleados, dentro del plan de reestructuración.

Portavoces del Ejecutivo comunitario también se refirieron a las negociaciones que el gigante de la automoción desarrolla con los estados miembros que poseen plantas de Opel. El grupo pretende reunir 2.200 millones en ayudas públicas para financiar su remodelación. Bruselas informó de que, por ahora, no ha recibido ninguna notificación de ayudas estatales a Opel de ningún Estado miembro.

DESPIDO DISCIPLINARIO Mientras, en España, Seat hace frente a los problemas derivados de su ajuste de plantilla. Con la presión de la producción completamente parada por segundo día consecutivo y con decenas de camiones bloqueados junto a la fábrica de Martorell (Barcelona), la dirección de Seat y los sindicatos buscaban ayer una paz in extremis. La alternativa planteada por el comité a los 330 despidos disciplinarios por bajo rendimiento consistía en un plan social que incluyera el compromiso de retorno para una parte de los afectados.