La Comisión Europea no quiere monopolios en las telecomunicaciones del continente ni ahora ni en un futuro próximo, y está dispuesta a sentar las bases para ello. Así lo declaró ayer la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, que aprovechó unas jornadas de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) en Barcelona para presionar a los organismos reguladores para que aseguren la competencia en estos mercados, lo que en la práctica supone que los operadores que construyan las redes de fibra estén obligados a alquilarlas a sus competidores, para que estos puedan dar sus propias ofertas. Una posición que ataca la postura de Telefónica, que no quiere compartir sus futuras inversiones con nadie.

LIMITE DE ANCHO DE BANDA Hasta ahora, la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) ha optado por obligar a alquilar las redes para dar capacidades de hasta 30 megabits por segundo (mbps), que se obtienen por ADSL, y por dejar el campo abierto por encima de este ancho de banda, que es el que da la fibra óptica, y por limitarlo a las zonas donde las condiciones de mercado no permitieran una rentabilidad a corto plazo. Kroes, en cambio, defiende que no haya "jardines cerrados" para operadoras, ni en internet, ni en las telecomunicaciones.

La comisaria avanzó ayer un pacto para desmontar este criterio, que hará que el operador que despliegue primero tenga que alquilar sus infraestructuras a sus rivales. Kroes, que dejó abierta la puerta a que esto incluya cualquier ancho de banda, habló de una "prima de riesgo" para obligar a ese alquiler, y abogó porque si no se regula el mercado de entrada, se hará de salida, es decir, si se observan disfunciones cuando se evalúe su funcionamiento. A su juicio, "la competencia siempre genera negocio para todos".

Los grandes operadores europeos presentes en la sala se dieron por aludidos. El presidente de Telefónica, César Alierta, reclamó "un marco regulatorio estable" para las inversiones en fibra, que cuantificó en 400.000 millones para Europa, capaces de crear 1,8 millones de empleos. Alierta proclamó el derecho de las empresas a rentabilizar sus inversiones y a usarlas para distanciarse de su competencia, y pidió que no se aplique a las nuevas redes la estrategia regulatoria de las anteriores, basadas en desmontar el dominio de los exmonopolios estatales.

El nuevo presidente de Vodafone, Vittorio Colao, que compartió mesa con Alierta, defendió, en cambio, la necesidad de alentar la competencia, de liberar espectro para el móvil a costa de las televisiones analógicas y de regular "algo más que el acceso a las tuberías". Y consideró que la propuesta de regulación de la CMT, que insta al resto de operadores a construir sus propias redes, beneficia a Telefónica y perjudica a sus rivales.