La Comisión Europea justificó ayer su tardanza sin precedentes en pronunciarse sobre la oferta de compra hostil (OPA) de Endesa por parte de Gas Natural en la "gran complejidad" de las cifras de facturación que corresponden realmente a cada compañía en función de su participación en otras empresas.

Ante las quejas de Gas Natural por la excesiva dilación del Ejecutivo comunitario en dictaminar si la operación tiene dimensión exclusivamente española o si, por el contrario, la tiene europea, el portavoz de la comisaria de Competencia Neelie Kroes señaló que "tomaba nota" de esas quejas y aseguró que se pronunciaría "lo antes posible".

La Comisión Europea lleva ya más semanas estudiando sólo la cuestión de a quién corresponde la competencia de autorizar la operación que el tiempo máximo establecido para autorizar o denegar un operación en condiciones normales (un mes).

ESTRATEGIA DE FRACASO Si más de dos tercios de la facturación de Endesa y de Gas Natural se produce en España, la operación de compra es competencia exclusiva del Gobierno español, según el reglamento comunitario. La inexplicable tardanza en pronunciarse favorece la estrategia de Endesa y del PP de hacer fracasar la operación.

Por su parte, Endesa contrapuso la transparencia que rodea a las cuentas que ha presentado ante la Comisión Europea con la opacidad que, a su juicio, practica la gasística en torno al acuerdo de compraventa de activos suscrito con Iberdrola.

Fuentes de Endesa, presidida por Manuel Pizarro, destacaron que las cuentas de la eléctrica se han llevado a Bruselas "sin ningún tipo de misterio". Según esta empresa, la OPA debe ser analizada por las autoridades europeas según el "principio básico" de las directivas comunitarias, que establecen que Bruselas investigará las operaciones de concentración que superen los 5.000 millones.