El comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, respaldó ayer las demandas griegas y pidió a la Unión Europea que apruebe durante la cumbre del 25 y 26 de marzo el mecanismo de respaldo financiero, aunque no sea necesario usarlo. La creciente resistencia de Alemania a aprobar ese mecanismo ha abierto un división en el seno de la zona euro, que ha comenzado a debilitar la cotización de la divisa europea y que ha vuelto a encarecer el coste de la deuda griega.

La toma de posición de Rehn contrasta con la actitud poco clara del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, que ha respaldado que sea el Fondo Monetario Internacional quien ayude a Grecia.