La Comisión Europea pidió hoy a los Veintisiete destinar 200.000 millones de euros, equivalentes al 1,5 por ciento del PIB de la UE, para superar la crisis económica. Según explicó en rueda de prensa el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, el grueso de ese dinero (170.000 millones) deberán aportarlo los Estados miembros, mientras que la cantidad restante saldrá del presupuesto comunitario y del Banco Europeo de Inversiones. "Atravesamos una crisis excepcional que requiere una respuesta también excepcional", destacó Durao Barroso.

La cantidad propuesta por la Comisión es "realista", según el presidente de la Comisión, que opinó que habilitar fondos por menos del 1% del PIB europeo, como proponían algunos Estados miembros, no sería suficiente. Tanto Durao Barroso como el responsable de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, insistieron en la importancia de que la UE actúe ante la crisis de manera coordinada. Sin coordinación de los esfuerzos nacionales, advirtió Almunia, "uno y uno puede no sumar dos e incluso puede dar como resultado cero".

Pero dejaron claro que la coordinación no significa que todos los países deban aplicar las mismas medidas, sino que tienen que adaptarlas a la situación específica de su economía. Bruselas quiere que el estímulo presupuestario sea inmediato, para reactivar la demanda y ayudar a recuperar la confianza de inversores y consumidores, pero recalca que las medidas han de ser dirigidas y temporales.

También incide en que las acciones coyunturales deben ser coherentes con la estrategia a largo plazo de reformas estructurales y de modernización de la economía europea, así como con la política de lucha contra el cambio climático. Respecto al riesgo de que el aumento del gasto público lleve a los déficit públicos por encima del límite del 3% del PIB establecido por el Pacto de Estabilidad, Almunia indicó que se aplicarán las reglas presupuestarias "con flexibilidad".