El presidente de EEUU, George Bush, planea ejercer de anfitrión de una cumbre de los líderes mundiales para tratar una respuesta global a la crisis financiera, según informaron ayer fuentes de la Casa Blanca. Bush tenía previsto efectuar el anuncio en la cumbre que anoche (madrugada de hoy, hora española) mantuvo en Camp David con el presidente francés, Nicolás Sarkozy (que ostenta al mismo tiempo la presidencia de turno de la UE), y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

La idea de Bush es que la cumbre se centre en evitar que una crisis de la envergadura de la actual vuelva a suceder y en acordar fórmulas para preservar la libertad de mercado, justo cuando a ambos lados del Atlántico los estados han entrado o planean entrar en el accionariado de importantes bancos como medida de choque.

A falta de precisar los detalles, la propuesta de Bush se interpreta como una iniciativa menos ambiciosa que la que propuso ayer Sarkozy. El presidente francés pretende la convocatoria de una cumbre internacional a finales de año para refundar el sistema financiero internacional, en lo que ha venido a llamarse un Bretton Woods II (en referencia a la cumbre que tras la segunda guerra mundial construyó los cimientos del actual sistema). El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, apoyó la iniciativa con la oferta de la sede de Nueva York para la reunión.

La propuesta de Sarkozy --apoyada por la UE y que contaría con la participación de China y de los países emergentes-- había recibido hasta ahora una tibia respuesta por parte de Washington. Esta semana está prevista una reunión del G-8, por lo que en la Casa Blanca se consideraba que el encuentro de Camp David iba a ser una oportunidad para intercambiar opiniones pero no para grandes anuncios. Bush dice que antes quiere escuchar la opinión de Asia.